Tus caderas que danzan
como la tenue brisa
sobre la colina...
tu corazon que galopa
como yegua corriendo,
en la esplanada,..
De repente tu cintura
son las olas sucesivas
que sacuden mi vida
hoja que cae en el otoño,
cielo gris en el invierno,
volcanico sol de nuestros sueños...
Eres eso..
un mar de silencios,
un temblor de susurros quedos,
una respiracion tendida sobre el llano,
tu mano que me saluda
desd el tren que parte irrevocable,
hacia la nada de los espejismos..
un nudo en la garganta,
el aliento reseco,
la ansiedad de tus labios,
una mirada peregrina
que rueda sobre los zocalos de la plaza..
Una llamarada que me indique,
apenas el manojo de cenizas,
el ovillo de todos los caminos posibles,
la mortaja de la despedida...
tus besos voraces
que me afirman,
en la hora infinita de la Aurora.
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