Copularán, una y otra vez...
Copularán, una y otra vez,
como si siempre faltase algo,
o sobrase algo, o hubiese
falla en la trama, o todo
fuera perfecto y cada abrazo
aportara necesario error, desvío.
Hay una botella rota...
Hay una botella rota
entre otras muchas botellas rotas,
rotas maderas, alas rotas
de pájaros rotos, un cartel
casi hundido en el fango.
Pero duerme, no despierta.
Se derrama la tinta,
ensucia el papel, la mesa, el suelo,
vuelan fragmentos de mundos,
islas en llamas, mares en llamas,
y, en medio del caos,
una forma tropieza con su sustancia
y no la reconoce,
no reconoce el barco a su timón, a su amarra,
la máscara al rostro que oculta.
Pero duerme, no despierta.
Arañas, rocío, caracol, mercurio,
cópulas, proverbios, aerolitos,
mueble que rechina, esmalte
sobre esmalte, metamorfosis
desde el barro hacia las alas.
Pero duerme, no despierta.
¿Qué clavó con clavo perfecto
su sueño, lo fijó
en un muro blanco, uniforme,
contra el que chocan, sin destino,
las mareas, las luces, las manos?
Carlos Barbarito
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