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RESEñAS LITERARIAS.

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JOSE MARIA VARGAS VILA.

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EL GRAN ESCRITOR WILLIAN FAULKNER.

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DESNUDO.

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LOS DETECTIVES SALVAJES.

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JOSE LUIS DIAZ GRANADOS.

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EL POETA ...OCTAVIO PAZ,

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RESEñADO EN EL DICCIONARIO LATINOAMERICANO DE POETAS.

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REVISTA MOLINO DE LETRAS NUMERO NUEVE,

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PRIMER FOLIO DEL CANTAR DEL MIO CID.

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LA LEYENDA DEL GILGAMESTH.

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MUJER EN EL JARDIN.

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VICENTE VAN GOGH

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MI AMIGO EL CUENTO TOMO II

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PORTADA DE LA REVISTA TALLER LUNA Y SOL.

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LA DIVINA COMEDIA. NARRATIVA.

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POEMAS PUBLICADOS EN POETAS DEL MUNDO.

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HOMENAJE A UN GRAN ESCRITOR.

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UNA APROXIMACION A LA OBRA LITERARIA DE LA POETISA MEYRA DEL MAR

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AUTOR, CESAR MOLINA CONSUEGRA.

MEYRA DEL MAR.

MEYRA DEL MAR.
Una aproximacion a la obra literaria de la poetisa meyra del mar..Un homenaje a su memoria!!

Una aproximacion a la obra literaria de la poetisa Meyra del Mar

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El autor..CESAR MOLINA CONSUEGRA.

LA CORONELA MANUELA SAENZS

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HASTA SIEMPRE LUIS VITALE!!

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TE QUEDARAS CON NOSOTROS!!

HOMENAJE A MIGUEL HERNANDEZ EN ALICANTE.

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ROBERTO FERNANDEZ RETAMAR.

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TURNER EN EL MUSEO DEL PRADO DE MADRID.

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AQUILES

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LA INUTIL SED DE VIOLENCIA.

martes, 31 de agosto de 2010

DISCURSO DE ACEPTACION DEL PREMIO NOBEL DE LITERATURA POR JOSE SARAMAGO.

En 1998 Jose Saramago ganó el premio Nobel de literatura, convirtiéndose en el primer escritor de lengua portuguesa en ganar este premio.
Este es el discurso que dio al serle otorgado su premio, en símbolo de aceptación del mismo.

Discurso de aceptación del premio nobel de literatura 1998 por Jose de Saramago

El hombre más sabio que he conocido en toda mi vida no sabía leer ni escribir. A las cuatro de la madrugada, cuando la promesa de un nuevo día aún venía por tierras de Francia, se levantaba del catre y salía al campo, llevando hasta el pasto la media docena de cerdas de cuya fertilidad se alimentaban él y la mujer.
Vivían de esta escasez mis abuelos maternos, de la pequeña cría de cerdos que después del desmame eran vendidos a los vecinos de la aldea. Azinhaga era su nombre, en la provincia del Ribatejo. Se llamaban Jerónimo Melrinho y Josefa Caixinha esos abuelos, y eran analfabetos uno y otro. En el invierno, cuando el frío de la noche apretaba hasta el punto de que el agua de los cántaros se helaba dentro de la casa, recogían de las pocilgas a los lechones más débiles y se los llevaban a su cama.
Debajo de las mantas ásperas, el calor de los humanos libraba a los animalillos de una muerte cierta. Aunque fuera gente de buen carácter, no era por primores de alma compasiva por lo que los dos viejos procedían así: lo que les preocupaba, sin sentimentalismos ni retóricas, era proteger su pan de cada día, con la naturalidad de quien, para mantener la vida, no aprendió a pensar mucho más de lo que es indispensable.
Ayudé muchas veces a éste mi abuelo Jerónimo en sus andanzas de pastor, cavé muchas veces la tierra del huerto anejo a la casa y corté leña para la lumbre, muchas veces, dando vueltas y vueltas a la gran rueda de hierro que accionaba la bomba, hice subir agua del pozo comunitario y la transporté al hombro, muchas veces, a escondidas de los guardas de las cosechas, fui con mi abuela, también de madrugada, pertrechados de rastrillo, paño y cuerda, a recoger en los rastrojos la paja suelta que después habría de servir para lecho del ganado.
Y algunas veces, en noches calientes de verano, después de la cena, mi abuelo me decía: "José, hoy vamos a dormir los dos debajo de la higuera". Había otras dos higueras, pero aquélla, ciertamente por ser la mayor, por ser la más antigua, por ser la de siempre, era, para todas las personas de la casa, la higuera.
Más o menos por antonomasia, palabra erudita que sólo muchos años después acabaría conociendo y sabiendo lo que significaba. En medio de la paz nocturna, entre las ramas altas del árbol, una estrella se me aparecía, y después, lentamente, se escondía detrás de una hoja, y, mirando en otra dirección, tal como un río corriendo en silencio por el cielo cóncavo, surgía la claridad traslúcida de la Vía Láctea, el camino de Santiago, como todavía le llamábamos en la aldea.
Mientras el sueño llegaba, la noche se poblaba con las historias y los sucesos que mi abuelo iba contando: leyendas, apariciones, asombros, episodios singulares, muertes antiguas, escaramuzas de palo y piedra, palabras de antepasados, un incansable rumor de memorias que me mantenía despierto, al mismo que suavemente me acunaba.
Nunca supe si él se callaba cuando descubría que me había dormido, o si seguía hablando para no dejar a medias la respuesta a la pregunta que invariablemente le hacía en las pausas más demoradas que él, calculadamente, le introducía en el relato: "¿Y después?".
Tal vez repitiese las historias para sí mismo, quizá para no olvidarlas, quizá para enriquecerlas con peripecias nuevas. En aquella edad mía y en aquel tiempo de todos nosotros, no será necesario decir que yo imaginaba que mi abuelo Jerónimo era señor de toda la ciencia del mundo.
Cuando, con la primera luz de la mañana, el canto de los pájaros me despertaba, él ya no estaba allí, se había ido al campo con sus animales, dejándome dormir. Entonces me levantaba, doblaba la manta, y, descalzo (en la aldea anduve siempre descalzo hasta los catorce años), todavía con pajas enredadas en el pelo, pasaba de la parte cultivada del huerto a la otra, donde se encontraban las pocilgas, al lado de la casa.
Mi abuela, ya en pie desde antes que mi abuelo, me ponía delante un tazón de café con trozos de pan y me preguntaba si había dormido bien. Si le contaba algún mal sueño nacido de las historias del abuelo, ella siempre me tranquilizaba: "No hagas caso, en sueños no hay firmeza".
Pensaba entonces que mi abuela, aunque también fuese una mujer muy sabia, no alcanzaba las alturas de mi abuelo, ése que, tumbado debajo de la higuera, con el nieto José al lado, era capaz de poner el universo en movimiento apenas con dos palabras. Muchos años después, cuando mi abuelo ya se había ido de este mundo y yo era un hombre hecho, llegué a comprender que la abuela, también ella, creía en los sueños.
Otra cosa no podría significar que, estando sentada una noche, ante la puerta de su pobre casa, donde entonces vivía sola, mirando las estrellas mayores y menores de encima de su cabeza, hubiese dicho estas palabras: "El mundo es tan bonito y yo tengo tanta pena de morir". No dijo miedo de morir, dijo pena de morir, como si la vida de pesadilla y continuo trabajo que había sido la suya, en aquel momento casi final, estuviese recibiendo la gracia de una suprema y última despedida, el consuelo de la belleza revelada.
Estaba sentada a la puerta de una casa, como no creo que haya habido alguna otra en el mundo, porque en ella vivió gente capaz de dormir con cerdos como si fuesen sus propios hijos, gente que tenía pena de irse de la vida sólo porque el mundo era bonito, gente, y ése fue mi abuelo Jerónimo, pastor y contador de historias, que, al presentir que la muerte venía a buscarlo, se despidió de los árboles de su huerto uno por uno, abrazándolos y llorando porque sabía que no los volvería a ver.
Muchos años después, escribiendo por primera vez sobre éste mi abuelo Jerónimo y ésta mi abuela Josefa (me ha faltado decir que ella había sido, según cuantos la conocieron de joven, de una belleza inusual), tuve conciencia de que estaba transformando las personas comunes que habían sido en personajes literarios y que ésa era, probablemente, la manera de no olvidarlos, dibujando y volviendo a dibujar sus rostros con el lápiz siempre cambiante del recuerdo, coloreando e iluminando la monotonía de un cotidiano opaco y sin horizontes, como quien va recreando sobre el inestable mapa de la memoria, la irrealidad sobrenatural del país en que decidió pasar a vivir.
La misma actitud de espíritu que, después de haber evocado la fascinante y enigmática figura de un cierto bisabuelo berebere, me llevaría a describir más o menos en estos términos un viejo retrato (hoy ya con casi ochenta años) donde mis padres aparecen. "Están los dos de pie, bellos y jóvenes, de frente ante el fotógrafo, mostrando en el rostro una expresión de solemne gravedad que es tal vez temor delante de la cámara, en el instante en que el objetivo va a fijar de uno y del otro la imagen que nunca más volverán a tener, porque el día siguiente será implacablemente otro día.
Mi madre apoya el codo derecho en una alta columna y sostiene en la mano izquierda, caída a lo largo del cuerpo, una flor. Mi padre pasa el brazo por la espalda de mi madre y su mano callosa aparece sobre el hombro de ella como un ala. Ambos pisan tímidos una alfombra floreada. La tela que sirve de fondo postizo al retrato muestra unas difusas e incongruentes arquitecturas neoclásicas". Y terminaba: "Tendría que llegar el día en que contaría estas cosas. Nada de esto tiene importancia a no ser para mí. Un abuelo berebere, llegando del norte de Africa, otro abuelo pastor de cerdos, una abuela maravillosamente bella, unos padres graves y hermosos, una flor en un retrato ¿qué otra genealogía puede importarme? ¿en qué mejor árbol me apoyaría?".
Escribí estas palabras hace casi treinta años sin otra intención que no fuese reconstituir y registrar instantes de la vida de las personas que me engendraron y que estuvieron más cerca de mí, pensando que no necesitaría explicar nada más para que se supiese de dónde vengo y de qué materiales se hizo la persona que comencé siendo y ésta en que poco a poco me he convertido.
Ahora descubro que estaba equivocado, la biología no determina todo y en cuanto a la genética, muy misteriosos habrán sido sus caminos para haber dado una vuelta tan larga. A mi árbol genealógico (perdóneseme la presunción de designarlo así, siendo tan menguada la sustancia de su savia) no le faltaban sólo algunas de aquellas ramas que el tiempo y los sucesivos encuentros de la vida van desgajando del tronco central.
También le faltaba quien ayudase a sus raíces a penetrar hasta las capas subterráneas más profundas, quien apurase la consistencia y el sabor de sus frutos, quien ampliase y robusteciese su copa para hacer de ella abrigo de aves migratorias y amparo de nidos. Al pintar a mis padres y a mis abuelos con tintas de literatura, transformándolos de las simples personas de carne y hueso que habían sido, en personajes nuevamente y de otro modo constructores de mi vida, estaba, sin darme cuenta, trazando el camino por donde los personajes que habría de inventar, los otros, los efectivamente literarios, fabricarían y traerían los materiales y las herramientas que, finalmente, en lo bueno y en lo menos bueno, en lo bastante y en lo insuficiente, en lo ganado y en lo perdido, en aquello que es defecto pero también en aquello que es exceso, acabarían haciendo de mí la persona en que hoy me reconozco: creador de esos personajes y al mismo tiempo criatura de ellos.
En cierto sentido se podría decir que, letra a letra, palabra a palabra, página a página, libro a libro, he venido, sucesivamente, implantando en el hombre que fui los personajes que creé. Considero que sin ellos no sería la persona que hoy soy, sin ellos tal vez mi vida no hubiese logrado ser más que un esbozo impreciso, una promesa como tantas otras que de promesa no consiguieron pasar, la existencia de alguien que tal vez pudiese haber sido y no llegó a ser.
Ahora soy capaz de ver con claridad quiénes fueron mis maestros de vida, los que más intensamente me enseñaron el duro oficio de vivir, esas decenas de personajes de novela y de teatro que en este momento veo desfilar ante mis ojos, esos hombres y esas mujeres, hechos de papel y de tinta, esa gente que yo creía que iba guiando de acuerdo con mis conveniencias de narrador y obedeciendo a mi voluntad de autor, como títeres articulados cuyas acciones no pudiesen tener más efecto en mí que el peso soportado y la tensión de los hilos con que los movía.
De esos maestros el primero fue, sin duda, un mediocre pintor de retratos que designé simplemente por la letra H., protagonista de una historia a la que creo razonable llamar de doble iniciación (la de él, pero también, de algún modo, la del autor del libro, protagonista de una historia titulada "Manual de pintura y caligrafía", que me enseñó la honradez elemental de reconocer y acatar, sin resentimientos ni frustraciones, sus propios límites: sin poder ni ambicionar aventurarme más allá de mi pequeño terreno de cultivo, me quedaba la posibilidad de cavar hacia el fondo, hacia abajo, hacia las raíces.
Las mías, pero también las del mundo, si podía permitirme una ambición tan desmedida. No me compete a mí, claro está, evaluar el mérito del resultado de los esfuerzos realizados, pero creo que es hoy patente que todo mi trabajo, de ahí para adelante, obedeció a ese propósito y a ese principio.
Vinieron después los hombres y las mujeres del Alentejo, aquella misma hermandad de condenados de la tierra a que pertenecieron mi abuelo Jerónimo y mi abuela Josefa, campesinos rudos obligados a alquilar la fuerza de los brazos a cambio de un salario y de condiciones de trabajo que sólo merecerían el nombre de infames. Cobrando por menos que nada una vida a la que los seres cultos y civilizados que nos preciamos de ser llamamos, según las ocasiones, preciosa, sagrada y sublime.
Gente popular que conocí, engañada por una Iglesia tan cómplice como beneficiaria del poder del Estado y de los terratenientes latifundistas, gente permanentemente vigilada por la policía, gente, cuántas y cuántas veces, víctima inocente de las arbitrariedades de una justicia falsa. Tres generaciones de una familia de campesinos, los Mau-Tempo, desde el comienzo del siglo hasta la Revolución de Abril de 1974 que derrumbó la dictadura, pasan por esa novela a la que di el título de "Alzado del suelo" y fue con tales hombres y mujeres del suelo levantados, personas reales primero, figuras de ficción después, con las que aprendí a ser paciente, a confiar y a entregarme al tiempo, a ese tiempo que simultáneamente nos va construyendo y destruyendo para de nuevo construirnos y otra vez destruirnos.
No tengo la seguridad de haber asimilado de manera satisfactoria aquello que la dureza de las experiencias tornó virtud en esas mujeres y en esos hombres: una actitud naturalmente estoica ante la vida. Teniendo en cuenta, sin embargo, que la lección recibida, pasados más de veinte años, permanece intacta en mi memoria, que todos los días la siento presente en mi espíritu como una insistente convocatoria, no he perdido, hasta ahora, la esperanza de llegar a ser un poco más merecedor de la grandeza de los ejemplos de dignidad que me fueron propuestos en la inmensidad de las planicies del Alentejo. El tiempo lo dirá.
¿Qué otras lecciones podría yo recibir de un portugués que vivió en el siglo XVI, que compuso las "Rimas" y las glorias, los naufragios y los desencantos patrios de "Os Lusíadas", que fue un genio poético absoluto, el mayor de nuestra literatura, por mucho que eso pese a Fernando Pessoa, que a sí mismo se proclamó como el Super-Camoens de ella? Ninguna lección a mi alcance, ninguna lección que yo fuese capaz de aprender salvo la más simple que me podría ser ofrecida por el hombre Luis Vaz de Camoens en su más profunda humanidad, por ejemplo, la humildad orgullosa de un autor que va llamando a todas las puertas en busca de quien esté dispuesto a publicar el libro que escribió, sufriendo por eso el desprecio de los ignorantes de sangre y de casta, la indiferencia desdeñosa de un rey y de su compañía de poderosos, el escarnio con que desde siempre el mundo ha recibido la visita de los poetas, de los visionarios y de los locos.
Al menos una vez en la vida, todos los autores tuvieron o tendrán que ser Luis de Camoens, aunque no escriban las redondillas de "Sobolos rios". Entre hidalgos de la corte y censores del Santo Oficio, entre los amores de antaño y las desilusiones de la vejez prematura, entre el dolor de escribir y la alegría de haber escrito, fue a este hombre enfermo que regresa pobre de la India, adonde muchos sólo iban para enriquecerse, fue a este soldado ciego de un ojo y golpeado en el alma, fue a este seductor sin fortuna que no volverá nunca más a perturbar los sentidos de las damas de palacio, a quien yo puse a vivir en el teatro en el escenario de la pieza de teatro llamada "Que farei con este livro?" ("¿Qué haré con este libro?"), en cuyo final resuena otra pregunta, aquélla que importa verdaderamente, aquélla que nunca sabremos si alguna vez llegará a tener respuesta suficiente: "¿Qué haréis con este libro?".
Humildad orgullosa fue ésa de llevar debajo del brazo una obra maestra y verse injustamente rechazado por el mundo. Humildad orgullosa también, y obstinada, esta de querer saber para qué servirán mañana los libros que vamos escribiendo hoy, y luego dudar que consigan perdurar largamente (¿hasta cuándo?) las razones tranquilizadoras que quizá nos estén siendo dadas o que estamos dándonos a nosotros mismos. Nadie se engaña mejor que cuando consiente que lo engañen otros.
Se aproxima ahora un hombre que dejó la mano izquierda en la guerra y una mujer que vino al mundo con el misterioso poder de ver lo que hay detrás de la piel de las personas. El se llama Baltasar Mateus y tiene el apodo de Siete-Soles, a ella la conocen por Bilmunda, y también por el apodo de Siete-Lunas que le fue añadido después porque está escrito que donde haya un sol habrá una luna y que sólo la presencia conjunta de uno y otro tornará habitable, por el amor, la tierra.
Se aproxima también un padre jesuita llamado Bartolmeu que inventó una máquina capaz de subir al cielo y volar sin otro combustible que no sea la voluntad humana, ésa que según se viene diciendo, todo lo puede, aunque no pudo, o no supo, o no quiso, hasta hoy, ser el sol y la luna de la simple bondad o del todavía más simple respeto. Sontres locos portugueses del siglo XVIII en un tiempo y en un país donde florecieron las supersticiones y las hogueras de la Inquisición, donde la vanidad y la megalomanía de un rey hicieron levantar un convento, un palacio y una basílica que asombrarían al mundo exterior, en el caso poco probable de que ese mundo tuviera ojos bastantes para ver a Portugal, tal como sabemos que los tenía Bilmunda para ver lo que escondido estaba. Y también se aproxima una multitud de millares y millares de hombres con las manos sucias y callosas, con el cuerpo exhausto de haber levantado, durante años sin fin, piedra a piedra, los muros implacables del convento, las alas enormes del palacio, las columnas y las pilastras, los aéreos campanarios, la cúpula de la basílica suspendida sobre el vacío.
Los sonidos que estamos oyendo son del clavicornio del Doménico Scarlatti, que no sabe si debe reír o llorar. Esta es la historia del "Memorial del convento", un libro en que el aprendiz de autor, gracias a lo que le venía siendo enseñado desde el antiguo tiempo de sus abuelos Jerónimo y Josefa, consiguió escribir palabras como éstas, donde no está ausente alguna poesía: "Además de la conversación de las mujeres son los sueños los que sostienen al mundo en su órbita. Pero son también los sueños los que le hacen una corona de lunas, por eso el cielo es el resplandor que hay dentro de la cabeza de los hombres si no es la cabeza de los hombres el propio y único cielo". Que así sea.
De las lecciones de poesía, sabía ya alguna cosa el adolescente, aprendidas en sus libros de texto cuando, en una escuela de enseñanza profesional de Lisboa, andaba preparándose para el oficio que ejerció en el comienzo de su vida de trabajo: el de mecánico cerrajero. Tuvo también buenos maestros del arte poético en las largas horas nocturnas que pasó en bibliotecas públicas, leyendo al azar de encuentros y de catálogos, sin orientación, sin alguien que le aconsejase, con el mismo asombro creador del navegante que va inventando cada lugar que descubre.
Pero fue en la biblioteca de la escuela industrial donde "El año de la muerte de Ricardo Reis" comenzó a ser escrito. Allí encontró un día el joven aprendiz de cerrajero (tendría entonces 17 años) una revista - "Atena" era el título - en que había poemas firmados con aquel nombre y, naturalmente, siendo tan mal conocedor de la cartografía literaria de su país, pensó que existía en Portugal un poeta que se llamaba así: Ricardo Reis.
No tardó mucho tiempo en saber que el poeta propiamente dicho había sido un tal Fernando Nogueira Pessoa que firmaba poemas con nombres de poetas inexistentes nacidos en su cabeza y a quien llamaba heterónimos, palabra que no constaba en los diccionarios de la época, por eso costó tanto trabajo al aprendiz de las letras saber lo que ella significaba. Aprendió de memoria muchos poemas de Ricardo Reis ("Para ser grande sê inteiro/Põe quanto és no mínimo que fazes"), pero no podía resignarse, a pesar de tan joven e ignorante, a que un espíritu superior hubiese podido concebir, sin remordimiento, este verso cruel: "Sábio é o que se contenta com o espectáculo do mundo". Mucho, mucho tiempo después, el aprendiz de escritor ya con el pelo blanco y un poco más sabio de sus propias sabidurías se atrevió a escribir una novela para mostrar al poeta de las "Odas" algo de lo que era el espectáculo del mundo en ese año de 1936 en que lo puso a vivir sus últimos días: la ocupación de la Renania por el Ejército nazi, la guerra de Franco contra la República española, la creación por Salazar de las milicias fascistas portuguesas. Fue como si estuviese diciéndole: "He ahí el espectáculo del mundo, mi poeta de las amarguras serenas y del escepticismo elegante. Disfruta, goza, contempla, ya que estar sentado es tu sabiduría".
"El año de la muerte de Ricardo Reis" terminaba con unas palabras elancólicas: "Aquí donde el mar acabó y la tierra espera". Por tanto no habría más descubrimientos para Portugal, sólo como destino una espera infinita de futuros ni siquiera imaginables: el fado de costumbre, la saudade de siempre y poco más. Entonces el aprendiz imaginó que tal vez hubiese una manera de volver a lanzar los barcos al agua, por ejemplo mover la propia tierra y ponerla a navegar mar adentro.
Fruto inmediato del resentimiento colectivo portugués por los desdenes históricos de Europa (sería más exacto decir fruto de mi resentimiento personal), la novela que entonces escribí - "La balsa de piedra" - separó del continente europeo a toda la Península Ibérica, transformándola en una gran isla fluctuante, moviéndose sin remos ni velas, ni hélices, en dirección al Sur del mundo, "masa de piedra y tierra cubierta de ciudades, aldeas, ríos, bosques, fábricas, bosques bravíos, campos cultivados, con su gente y sus animales", camino de una utopía nueva: el encuentro cultural de los pueblos peninsulares con los pueblos del otro lado del Atlántico, desafiando así, a tanto se atrevió mi estrategia, el dominio sofocante que los Estados Unidos de la América del Norte vienen ejerciendo en aquellos parajes.
Una visión dos veces utópica entendería esta ficción política como una metáfora mucho más generosa y humana: que Europa, toda ella, deberá trasladarse hacia el Sur a fin de, en descuento de sus abusos coloniales antiguos y modernos, ayudar a equilibrar el mundo. Es decir Europa finalmente como ética. Los personajes de "La balsa de piedra" - dos mujeres, tres hombres y un perro - viajan incansablemente a través de la Península mientras ella va surcando el océano. El mundo está cambiando y ellos saben que deben buscar en sí mismos las personas nuevas en que se convertirán (sin olvidar al perro que no es un perro como los otros). Eso les basta. Se acordó entonces el aprendiz que en tiempos de su vida había hecho algunas revisiones de pruebas de libros y que si en "La balsa de piedra" hizo, por decirlo así, revisión del futuro, no estaría mal que revisara ahora el pasado inventando una novela que se llamaría "História do Cerco de Lisboa", en la que un revisor trabajando un libro del mismo título, aunque de historia, y cansado de ver cómo la citada historia cada vez es menos capaz de sorprender, decidió poner en lugar de un "sí" un "no", subvirtiendo la autoridad de las "verdades históricas".
Raimundo Silva, así se llamaba el revisor, es un hombre simple, vulgar, que sólo se distingue de la mayoría por creer que todas las cosas tienen su lado visible y su lado invisible y que no sabremos nada de ellas, mientras no les hayamos dado la vuelta completa. De eso precisamente trata una conversación que tiene con el historiador. Así: "Le recuerdo que los revisores ya vieron mucho de literatura y vida, Mi libro, se lo recuerdo, es de historia. No es propósito mío apuntar otras contradicciones, profesor, en mi opinión todo cuanto no sea vida es literatura.
La historia también. La historia sobre todo, sin querer ofender. Y la pintura, y la música. La música va resistiéndose desde que nació, unas veces va y otras viene, quiere librarse de la palabra, supongo que por envidia, pero regresa siempre a la obediencia. Y la pintura, mire, la pintura no es más que literatura hecha con pinceles. Espero que no se haya olvidado de que la humanidad comenzó pintando mucho antes de saber escribir. Conoce el refrán, si no tienes perro caza con el gato, o dicho de otramanera, quien no puede escribir, pinta, o dibuja, es lo que hacen los niños. Lo que usted quiere decir, con otras palabras, es que la literatura ya existía antes de haber nacido, sí señor, como el hombre, con otras palabras, antes de serlo ya lo era.
Me parece que usted equivocó la vocación, debería ser historiador. Me falta preparación profesor, qué puede un simple hombre hacer sin preparación, mucha suerte he tenido viniendo al mundo con la genética organizada, pero, por decirlo así, en estado bruto, y después sin más pulimento que las primeras letras que se quedaron como únicas. Podía presentarse como autodidacta producto de su digno esfuerzo, no es ninguna vergüenza, antiguamente la sociedad estaba orgullosa de sus autodidactas.
Eso se acabó, vino el desarrollo y se acabó, los autodidactas son vistos con malos ojos, sólo los que escriben versos o historias para distraer están autorizados a ser autodidactas, pero yo para la creación literaria no tengo habilidad. Entonces métase a filósofo. Usted es un humorista, cultiva la ironía, me pregunto cómo se dedicó a la historia, siendo ella tan grave y profunda ciencia. Soy irónico sólo en la vida real. Ya me parecía a mí que la historia no es la vida real, literatura sí, y nada más. Pero la historia fue vida real en el tiempo en que todavía no se le podía llamar historia. Entonces usted cree, profesor, que la historia es la vida real. Lo creo, sí.
Que la historia fue vida real, quiero decir. No tengo la menor duda. Qué sería de nosotros si el deleatur que todo lo borra no existiese, suspiró el revisor". Escusado será añadir que el aprendiz aprendió con Raimundo Silva la lección de la duda. Ya era hora.
Fue probablemente este aprendizaje de la duda el que le llevó, dos años más tarde, a escribir "El Evangelio según Jesucristo". Es cierto, y él lo ha dicho, que las palabras del título le surgieron por efecto de una ilusión óptica, pero es legítimo que nos interroguemos si no habría sido el sereno ejemplo del revisor el que, en ese tiempo, le anduvo preparando el terreno de donde habría de brotar la nueva novela. Esta vez no se trataba de mirar por detrás de las páginas del "Nuevo Testamento" a la búsqueda de contradicciones, sino de iluminar con una luz rasante la superficie de esas páginas, como se hace con una pintura para resaltarle los relieves, las señales de paso, la oscuridad de las depresiones.
Fue así como el aprendiz, ahora rodeado de personajes evangélicos, leyó, como si fuese la primera vez, la descripción de la matanza de los Inocentes y, habiendo leído, no comprendió. No comprendió que pudiese haber mártires de una religión que aún tendría que esperar treinta años para que su fundador pronunciase la primera palabra de ella, no comprendió que no hubiese salvado la vida de los niños de Belén precisamente la única persona que lo podría haber hecho, no comprendió la ausencia, en José, de un sentimiento mínimo de responsabilidad, de remordimiento, de culpa o siquiera de curiosidad, después de volver de Egipto con su familia.
Ni se podrá argumentar en defensa de la causa que fue necesario que los niños de Belén murieran para que pudiese salvarse la vida de Jesús: El simple sentido común, que a todas las cosas, tanto a las humanas como a las divinas, debería presidir, está ahí para recordarnos que Dios no enviaría a su hijo a la Tierra con el encargo de redimir los pecados de la humanidad, para que muriera a los dos años de edad degollado por un soldado de Herodes. En ese Evangelio escrito por el aprendiz con el respeto que merecen los grandes dramas, José será consciente de su culpa, aceptará el remordimiento en castigo de la falta que cometió y se dejará conducir a la muerte casi sin resistencia, como si eso le faltase todavía para liquidar sus cuenta con el mundo.
"El Evangelio" del aprendiz no es, por tanto, una leyenda edificante más de bienaventurados y de dioses, sino la historia de unos cuantos seres humanos sujetos a un poder contra el cual luchan, pero al que no pueden vencer. Jesús, que heredará las sandalias con las que su padre había pisado el polvo de los caminos de la tierra, también heredará de él el sentimiento trágico de la responsabilidad y de ella la culpa que nunca lo abandonará, incluso cuando levante la voz desde lo alto de la cruz: "Hombres, perdonadle, porque él no sabe lo que hizo", refiriéndose al Dios que lo llevó hasta allí, aunque quien sabe si recordando todavía, en es última agonía, a su padre auténtico, aquel que en la carne y en la sangre, humanamente, lo engendró.
Como se ve, el aprendiz ya había hecho un largo viaje cuando en el herético evangelio escribió las últimas palabras del diálogo en el templo entre Jesús y el escriba: "La culpa es un lobo que se come al hijo después de haber devorado al padre, dijo el escriba, Ese lobo de que hablas ya se ha comido a mi padre, dijo Jesús, Entonces sólo falta que devore a ti, Y tú, en tu vida, fuiste comido, o devorado, No sólo comido y devorado, también vomitado, respondió el escriba".
Si el emperador Carlomagno no hubiese establecido en el norte de Alemania un monasterio, si ese monasterio no hubiese dado origen a la ciudad de Münster, si Münster no hubiese querido celebrar los 1.200 años de su fundación con una ópera sobre la pavorosa guerra que enfrentó en el siglo XVI a protestantes anabaptistas y católicos, el aprendiz no habría escrito la pieza de teatro que tituló "In Nomine Dei". Una vez más, sin otro auxilio que la pequeña luz de su razón, el aprendiz tuvo que penetrar en el oscuro laberinto de las creencias religiosas, ésas que con tanta facilidad llevan a los seres humanos a matar y a dejarse matar.
Y lo que vio fue nuevamente la máscara horrenda de la intolerancia, una intolerancia que en Münster alcanzó el paroxismo demencial, una intolerancia que insultaba la propia causa que ambas partes proclamaban defender. Porque no se trataba de una guerra en nombre de dos dioses enemigos sino de una guerra en nombre de un mismo dios. Ciegos por sus propias creencias, los anabaptistas y los católicos de Münster no fueron capaces de comprender la más clara de todas las evidencias: en el día del Juicio Final, cuando unos y otros se presenten a recibir el premio o el castigo que merecieron sus acciones en la tierra, Dios, si en sus decisiones se rige por algo parecido a la lógica humana, tendrá que recibir en el paraíso tanto a unos como a otros, por la simple razón de que unos y otros en El creían.
La terrible carnicería de Münster enseñó al aprendiz que al contrario de lo que prometieron las religiones nunca sirvieron para aproximar a los hombres y que la más absurda de todas las guerras es una guerra religiosa, teniendo en consideración que Dios no puede, aunque lo quisiese, declararse la guerra a sí mismo. Ciegos.El aprendiz pensó "Estamos ciegos", y se sentó a escribir el "Ensayo sobre la ceguera" para recordar a quien lo leyera que usamos perversamente la razón cuando humillamos la vida, que la dignidad del ser humano es insultada todos los días por los poderosos de nuestro mundo, que la mentira universal ocupó el lugar de las verdades plurales, que el hombre dejó de respetarse a sí mismo cuando perdió el respeto que debía a su semejante.
Después el aprendiz, como si intentara exorcizar a los monstruos engendrados por la ceguera de la razón, se puso a escribir la más simple de todas las historias: Una persona que busca a otra persona sólo porque ha comprendido que la vida no tiene nada más importante que pedir a un ser humano. El libro se llama "Todos los nombres". No escritos, todos nuestros nombres están allí. Los nombres de los vivos y los nombres de los muertos.
Termino. La voz que leyó estas páginas quiso ser el eco de las voces conjuntas de mis personajes. No tengo, pensándolo bien, más voz que la voz que ellos tuvieron. Perdonadme si os pareció poco esto que para mí es todo.

domingo, 29 de agosto de 2010

PAREJA ENAMORADA.

PAREJA ENAMORADA.
.de Cesar Molina, el El Domingo, 29 de agosto de 2010 a las 10:12. Han estado como pareja enamorada,dando vueltas en el carrito turistico,por la pradera del parque zoologico Africano,entonces ven una manada de leones boca arriba,tomando el tibio sol,ella le dice a su marido que hay que bajar para tomar una buenas fotos,y le explica ,que cuando estan asi tirados y relajados en la hierba, estan dormidos,y hay que darles un suave puntapies,para tomarles la foto magistral..entonces patea en el cuello a el macho dominante,y este le abre el vientre de un zarpazo,sus ojos vagan imprecisos,y de soslayo ve que otro felino estrangula a su marido,con una firme mordida en el cuello..a lo lejos se escucha a el resto de la manada,que busca el rastro del olor de sangre!!

sábado, 28 de agosto de 2010

CANTO I DE LA DIVINA COMEDIA.EL INFIERNO DE DANTE ALIGHIERI

CANTO I.EL INFIERNO. DE DANTE ALIGHIERI

.de Cesar Molina, el El Sábado, 28 de agosto de 2010 a las 9:46.CANTO I


En medio del camino de nuestra vida me encontré por una selva oscura, 3 porque la recta vía era perdida.

¡Ay, que decir lo que era es cosa dura esta selva salvaje, áspera y fuerte, 6 cuyo recuerdo renueva la pavura! Tanto es amarga, que poco lo es más la muerte: pero por tratar del bien que allí encontré, 9 diré de las otras cosas que allí he visto.

No sé bien redecir como allí entré; tan somnoliento estaba en aquel punto, 12 cuando el veraz camino abandoné.

Pero así como llegué junto al pie de un monte, allá donde aquel valle cesaba, 15 que de pavor me había acongojado el corazón, miré en alto, y vi sus espaldas vestidas ya de rayos del planeta, 18 que a todos lleva por toda senda recta.

Entonces se aquietó un poco el espanto, que en el hueco de mi corazón había durado 21 la noche entera, que pasé con tanto afán.

Y como aquel que con angustiado resuello salido fuera del piélago a la orilla 24 se vuelve al agua peligrosa y la mira; así mi alma, que aún huía, volvióse atrás a remirar el cruce, 27 que jamás dejó a nadie con vida.

Una vez reposado el fatigado cuerpo, retomé el camino por la desierta playa, 30 tal que el pie firme era siempre el más bajo; y al comenzar la cuesta, apareció una muy ágil y veloz pantera, 33 que de manchada piel se cubría.

Y no se apartaba de ante mi rostro; y así tanto me impedía el paso, 36 que me volví muchas veces para volverme.

Era la hora del principiar de la mañana, y el Sol allá arriba subía con aquellas estrellas 39 que junto a él estaban, cuando el amor divino movió por vez primera aquellas cosas bellas; bien que un buen presagio me auguraban 42 de aquella fiera la abigarrada piel, la ocasión del momento, y la dulce estación: pero no tanto, que de pavor no me llenara 45 la vista de un león que apareció. Venir en contra mía parecía erguida la cabeza y con rabiosa hambruna, 48 que hasta el aire como aterrado estaba: y una loba que por su flacura cargada estaba de todas las hambres, 51 y ya de mucha gente entristecido había la vida.

Tanta fue la congoja que me infundió el espanto que de sus ojos salía, 54 que perdí la esperanza de la altura. Y como aquel que goza en atesorar, y llegado el tiempo en que perder le toca, 57 su pensamiento entero llora y se contrista; así obró en mi la bestia sin paz, que, viniéndome de frente, poco a poco, 60 me repelía a donde calla el Sol.

Mientras retrocedía yo a lugar bajo, ante mis ojos se ofreció 63 quien por el largo silencio parecía mudo. Cuando a éste vi en el gran desierto Ten piedad de mí, le grité, 66 quienquiera seas, sombra u hombre cierto.

Respondióme: No hombre, hombre ya fui, y lombardos fueron mis padres, 69 y ambos por patria Mantuanos. Nací sub Julio, aunque algo tarde, y viví en Roma bajo el buen Augusto, 72 en tiempos de los dioses falsos y embusteros.

Poeta fui, y canté a aquel justo hijo de Anquises, que vino de Troya, 75 después del incendio de la soberbia Ilion. Pero tú, ¿Porqué a tanta angustia te vuelves? ¿Porqué no trepas el deleitoso monte, 78 que es principio y razón de toda alegría?

¡Oh! ¿Eres tú aquel Virgilio, aquella fuente que expande de elocuencia tan largo río? 81 le respondí, avergonzada la frente. ¡Oh! De los demás poetas honor y luz, válgame el largo estudio y el gran amor, 84 que me han hecho ir en pos de tu libro. Tú eres mi maestro y mi autor: tú sólo eres aquel de quien tomé 87 el bello estilo, que me ha dado honor. Mira la bestia por la que me he vuelto: socórreme de ella, famoso sabio, 90 porque hace temblar las venas y los pulsos.

Otro es el camino que te conviene, respondió al ver mis lágrimas, 93 si quieres huir de este lugar salvaje; porque esta bestia, por la que gritas, no deja a nadie pasar por el suyo, 96 sino que tanto impide, que mata: su naturaleza es tan malvada y cruel, que nunca satisface su hambrienta voluntad, 99 y tras comer tiene más hambre que antes.

Muchos son los animales con que se marida y muchos más habrá todavía, hasta que venga 102 el Lebrel, que le dará dolorosa muerte. No se alimentará de tierra ni de peltre, mas de sabiduría, de amor y de virtud 105 y su patria estará entre fieltro y fieltro. Será la salud de aquella humilde Italia, por quien murió la virgen Camila, 108 Euriale, y Turno y Niso, de sus heridas:

De ciudad en ciudad perseguirá a la loba, hasta que la vuelva a lo profundo del infierno, 111 de donde la envidia la hizo salir primero.

Ahora por tu bien pienso y entiendo, que mejor me sigas, y yo seré tu conductor, 114 y te llevaré de aquí a un lugar eterno, donde oirás desesperados aullidos, verás a los antiguos espíritus dolientes, 117 cada uno clamando la segunda muerte; después verás los otros, que en el fuego están contentos, porque unirse esperan, 120 cuando sea, a las felices gentes; a las cuales, después, si quisieras subir, un alma habrá más digna que yo para tu ascenso; 123 te dejaré con ella, cuando de ti me parta: que aquel emperador, que allá arriba reina, porque rebelde fui a su ley, 126 no quiere que a su ciudad por mi se llegue.

Impera en todas partes, y allá reina, allá está su ciudad y allá su alta sede: 129 ¡Feliz aquel a quién para su reino escoge!

Y yo a él: Poeta, te intimo por aquel Dios que no conociste, 132 de éste y de peor mal que yo me salve, que allá me lleves donde tú dijiste, así que vea la puerta de san Pedro, 135 y a aquellos tan tristes que tú dices.

Entonces se movió, y yo me pegué detrás. CANTO II


Íbase el día, y el aire oscuro, a los animales de la tierra, 3 libraba de las fatigas; y por mi parte solo yo me preparaba a sostener la guerra tan del camino y tan de la piedad, 6 que ha de referir la mente que no yerra. ¡Oh Musas! ¡Oh alto ingenio!, ayudadme ahora; ¡Oh mente que escribiste lo que vi! 9 Aquí se mostrará tu nobleza.

Comencé entonces: Poeta que me guías, considera si es fuerte mi virtud, 12 antes que al alto paso me confíes.

Tu dices que el padre de Silvio, aun corruptible, al inmortal siglo 15 pasó, y fue sensiblemente. Pero si el adversario de todo mal le fue gentil, pensando en el alto bien, 18 que salir de él debía, y qué gentes, y cuál imperio, no parecerá indigno a un hombre de intelecto: porque del alma Roma y de su imperio 21 fue elegido padre en el empíreo Cielo: A decir verdad la una y el otro fueron establecidos lugar santo 24 donde está la sede del sucesor del mayor Pedro.

En este viaje, por el que lo exaltas tanto, oyó cosas que fueron la causa 27 de su victoria y del papal manto. Viajó también el Vaso de elección, para dar firmeza a aquella fe 30 que es principio en el camino de la salvación.

Pero yo ¿Porqué he de ir? o ¿Quién lo concede? No soy Eneas, Pablo no soy: 33 que sea digno, ni yo ni nadie lo cree, porque si a tal ir me abandono temo que el viaje sea locura: 36 Sé sabio, y óyeme que yo ya no razono.

Y como aquel que desquiere lo que quería y por nueva idea el propósito descambia, 39 y así de lo comenzado se aparta entero; así me cambié yo en aquella cuesta obscura: así, pensado, se consumió la empresa 42 cuyo comenzar fue con tanta fuerza.

Si he bien oído tus palabras, repuso de aquel magnánimo la sombra, 45 tu alma está herida de bajeza: la cual muchas veces estorba al hombre tanto, que de empeñada empresa lo retorna, 48 como bestia espantada de una sombra.

A fin de que de este temor te libres te diré, porqué yo vine y lo que oí 51 en aquel punto primero cuando me dolí de ti.

Estaba yo entre aquellos en suspenso y una mujer me llamó, bendita y bella, 54 tanto de que me mandara yo la requerí. Lucían sus ojos más que la estrella: y comenzó a decirme suave y humilde, 57 con angélica voz, en su lenguaje:

¡Oh gentil alma Mantuana! cuya en el mundo aún la fama dura 60 y durará cuanto el movimiento dure, lejana: mi amigo, que no lo es de la ventura, de la desierta playa está tan impedido 63 en el camino, que vuelto se ha de miedo: y temo que no esté ya tan perdido que tarde me haya levantado a socorrerlo, 66 de acuerdo a lo que de él en el Cielo he oído. Ahora muévete, y con tu palabra ornada y con lo necesario para que él sobreviva, 69 ayúdalo pues, para que yo quede consolada.

Yo soy Beatriz, la que te manda vayas. Vengo del lugar de a donde volver deseo: 72 Amor me movió, el que me hace hablar. Cuando esté ante mi Señor, hablaré bien de ti con frecuencia.

75 Calló pues, y comencé yo entonces: Oh mujer de virtud única por la que la humana especie excede todo lo que hay en 78 aquel Cielo, cuyos menores son los círculos; Tanto me agrada tu mandato, que en obedecerlo, si ya lo hubiera, sería tardo; 81 nada ganarías con más ampliarme tu deseo. Pero dime la razón que no te cuidas de bajar aquí abajo a este centro 84 desde aquel amplio lugar, al que volver ardes.

Lo que saber tan profundamente deseas te diré brevemente, me repuso, 87 porqué no temo venir aquí adentro. Solo aquellas cosas se han de temer que detentan poder de daño a otro; 90 de las otras no, que no son temibles. Estoy hecha así por Dios, por su merced, que vuestra miseria no me alcanza, 93 ni la llama de este incendio no me asalta.

Mujer hay gentil en el Cielo, que se apiada por este entrabamiento al que te mando, 96 y tanto, que el duro juicio de allá quebranta. Es ella la que llamó a Lucía en su demanda y dijo: Tiene necesidad tu fiel 99 de ti, y yo a ti lo recomiendo. Lucia, enemiga de todo cruel movióse, y vino al lugar donde yo estaba, 102 sentada con la antigua Raquel. Dijo: Beatriz, alabanza de Dios verdadera, ¿Que no socorres a aquel que te amó tanto 105 que por ti salió de la vulgar tropa? ¿La compasión no escuchas de su llanto, no ves la muerte que combate 108 en tumultuoso río más que la mar violento?

No hubo en el mundo más veloz nadie en pro de su bien y en contra de su daño, 111 que yo, después de recibidas las palabras; aquí abajo vine desde mi bendito escalón, confiando en tu parlar honesto, 114 que a ti te honra y a quienes lo han oído.

Después de haberme razonado de esa forma volvióme los lucientes ojos lagrimando, 117 por más presto a venir forzarme: y así que vine a ti, como ella quiso, te levanté de ante de aquella fiera 120 que del bello monte el breve paso te cerraba.

¿Entonces qué? ¿Porqué te quedas todavía? ¿Porque en el corazón encierras tanta bajeza? 123 ¿Porqué el ardor te falta y la grandeza?

¿Acaso no tienes tres mujeres benditas que de ti curan en la corte del Cielo, 126 y mi palabra que tanto bien te promete?

Como la florcillas bajo el nocturno hielo doblegadas y oclusas, así que el Sol las ilumina, 129 se yerguen abiertas en sus tallos; tal fui yo, desde mi ánimo abatido y a tan buen ardor el corazón me enardeció 132 que comencé a decir como persona decidida: ¡Oh piadosa aquella que ha venido en mi socorro, y tú que veloz gentil obedeciste 135 a las veraces palabras a ti dirigidas! Me has colmado el corazón con tal deseo al viaje, con tus palabras, 138 que retornado he a mi primer propósito.

Ve adelante que ambos somos de un sólo querer, tú Conductor, tú Señor y tú Maestro: 141 Así le dije; y puesto luego él en marcha, entré por el camino duro y salvaje.

martes, 24 de agosto de 2010

EL FANTASMA.

La aguela Dorotea,siempre le habia dicho, que no se levantara a la media noche,a caminar por la casa,pues a esa hora un fantasma,estaba sentado en la mesa del comedor,haciendo pacientemente los nudos, a una sabana... a su lado un ejemplar del libro del APOCALIPSIS..pero pudo mas la curiosidad,camino en puntillas, se coloco en las espaldas del fantasma, con la intencion de asustarlo,cuando este se da media vuelta y enrolla la sabana en su cuello,sus ultimos gritos asustaron a todo el vecindario!!

domingo, 22 de agosto de 2010

LO QUE VIO LA MUJER DE LOB.

LO QUE VIO LA MUJER DE LOB.MICROCUENTO.

INVESTIGANDO LOS MANUSCRITOS APOCRIFOS, QUE PRECEDIERON A LA LEYENDA DEL GILGAMES,AHORA TENIA CASI LA CERTEZA DEL SITIO EN QUE LA MUJER DE LOB,VIO EL ROSTRO DE DIOS, Y ELLA QUERIA SABER QUE HABIA VISTO LA MUJER DE LOB.... TOMO LA CUESTA DE ASCENSO CON PASO FIRME,Y LLEGANDO A LA CUSPIDE DELL MONTE,ESCUCHO LA VOZ QUE LE DIJO NO DEBES CONTINUAR..Y NO MIRES HACIA ATRAS,POR QUE NADIE DEBE VER EL ROSTRO DE DIOS!!..PENSO EN QUE LA VIDA,DEBERIA SER UN PARAISO,Y NO UN JARDIN TAPIZADO DE ESPINAS QUE CAUSAN DOLOR,VOLTEO A MIRAR,Y SINTIO EL CAMBIO MOLECULAR DE SU CUERPO ,QUE SE TRANSFORMABA EN SAL..EL ROSTRO DE DIOS LLORABA!! Y DE NUEVO LA VOZ QUE LE DECIA,JAMAS DEBISTE SALIR DE TU PATRON DE ESPACIO TIEMPO,AHORA ERES ETERNA SIN VIDA!!

domingo, 15 de agosto de 2010

CIEN AñOS DE SOLEDAD.GABRIEL GARCIA MARQUEZ.

Cien años de soledad

Cuenta la historia de la familia Buendía a lo largo de seis generaciones en el ...pueblo ficticio de Macondo. El pueblo es fundado por diversas familias conducidas por José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán, un matrimonio de primos que se casaron llenos de presagios y temores por su parentesco y el mito existente en la región por el cual su descendencia podía tener cola de cerdo. Pese a ello, tuvieron tres hijos: José Arcadio, Aureliano y Amaranta (nombres que se repetirán en las siguientes generaciones). José Arcadio, el fundador, es la persona que lidera e investiga con las novedades que traen los gitanos al pueblo, y termina su vida atado al árbol hasta donde llega el fantasma de su enemigo Prudencio Aguilar con el que dialoga. Úrsula es la matriarca y jefe de la familia, quien vive durante más de cien años cuidando de la familia y del hogar. El pueblo poco a poco va creciendo y con este crecimiento llegan habitantes del otro lado de la ciénaga (terreno que rodea y aísla al pueblo del exterior, tal como sucede en su natal Aracataca, Colombia). Con ellos se incrementa la actividad comercial y la construcción en Macondo. Desafortunadamente, llegan también la peste del insomnio y la peste del olvido. La pérdida de la memoria obliga a sus habitantes a crear un método para recordar las cosas y Aureliano comienza a etiquetar todos los objetos para recordar sus nombres; no obstante, este método empieza a fallar cuando las personas también olvidan leer. Hasta que un día regresa Melquíades (el líder de los gitanos y amigo de José Arcadio) con una bebida magica para reestablecer la memoria que surte efecto inmediatamente, y en agradecimiento es invitado a quedarse a vivir en la casa. Cuando estalla la guerra civil, la población toma parte activa en el conflicto al enviar un ejército de resistencia dirigido por el coronel Aureliano Buendía (segundo hijo de José Arcadio), a luchar contra el régimen conservador o godos, como se les dice despectivamente. En el pueblo, mientras tanto, Arcadio (nieto del fundador e hijo de Pilar Ternera y José Arcadio) es designado por su tío jefe civil y militar, y se transforma en un brutal dictador, quien es fusilado cuando el conservatismo retoma el poder. La guerra continúa y el coronel Aureliano se salva de morir en varias oportunidades, hasta que, fatigado de luchar sin sentido, arregla un tratado de paz que durará hasta el fin de la novela. Después de que el tratado se firma, Aureliano se dispara en el pecho, pero sobrevive. Posteriormente, el coronel regresa a la casa, se aleja de la politica y se dedica a fabricar pescaditos de oro encerrado en su taller, de donde sale solamente para venderlos. Aureliano Triste, uno de los diecisiete hijos del coronel Aureliano Buendía, instala una fábrica de hielo en Macondo, deja a su hermano Aureliano Centeno al frente del negocio y se marcha del pueblo con la idea de traer el tren. Regresa al cabo de poco tiempo, cumpliendo con su misión, la cual genera un gran desarrollo, ya que con el tren, llegan también el telegrado, el gramofono y el cine. Entonces el pueblo se convierte en un centro de actividad en la región, atrayendo a miles de personas de diversos lugares. Algunos extranjeros recién llegados empiezan una plantación de banano cerca de Macondo. El pueblo prospera hasta el surgimiento de una huelga en la plantación bananera; para acabar con ella, se hace presente el ejército nacional y los trabajadores que protestan son asesinados y arrojados al mar. Después de la masacre de los trabajadores del banano, el pueblo es asediado por las llluvias que se prolongan por cuatro años, once meses y dos días. Úrsula dice que espera el final de las lluvias para finalmente morir. Nace Aureliano Babilonia, el último miembro de la línea Buendía (inicialmente referido como Aureliano Buendía, hasta que más adelante descubre por los pergaminos del misterioso Melquíades, una especie de mago Merlin, que su apellido paterno es Babilonia). Cuando las lluvias terminan, Úrsula muere y Macondo queda desolado. La familia se ve reducida y en Macondo ya no se acuerdan de los Buendía; Aureliano se dedica a descifrar los pergaminos de Melquíades en el laboratorio, hasta que regresa de Bruselas su tía Amaranta Úrsula, con quien tiene un romance. De este, Amaranta Úrsula queda embarazada y tiene un niño que al nacer se descubre con cola de cerdo; ella muere desangrada después del parto. Aureliano Babilonia, desesperado, sale al pueblo llamando de puerta en puerta, pero Macondo ahora es un pueblo abandonado y solo encuentra a un cantinero que le ofrece aguardiente, quedándose dormido. Al despertar se acuerda del niño recién nacido y corre a buscarlo, pero a su llegada encuentra que se lo están comiendo las hormigas. Aureliano recuerda que esto estaba predicho en los pergaminos de Melquíades y termina de descifrar la historia de los Buendía que ya estaba allí escrita con anticipación, encontrando que al terminar de leerlos, finalizaría su propia historia, su vida y con él, la historia de aquel Macondo, el cual desaparece en la noche de los tiempos para siempre....

GABRIEL GARCIA MARQUEZ.

domingo, 8 de agosto de 2010

EL ACOMODAMIENTO RAZONABLE EN QUEBEC.

Un plan del gobierno de Quebec busca obligar a los nuevos inmigrantes a firmar una declaración diciendo que respetarán los valores comunes de Quebec,todo parece indicar que se trata,de un ardid político destinado a aumentar el apoyo para el gobierno de jean Charest de cara a una elección provincial, esto, aseguraron los opositores al nuevo plan. Los nuevos inmigrantes deberán firmar una declaración especial como parte de su proceso de solicitud de residencia en la provincia francófona, a esto se suman otras dificultades,de estigmatizacion y discriminacion hacia la comunidad negra,por parte de la policia. En este sentido es paradigmatico el asesinato de el joben inmigrante, Fredy villanueva,en Montreal Norte, y las requisas permanentes contra personas de color negro,o simplemente,con apariencia de inmigrante,bajo el supuesto,de desarrollar una seguridad preventiva en la provincia de quebec.

Muy pronto, los inmigrantes que estén aplicando para venir a Quebec necesitarán firmar, como parte de su proceso de inmigración, una declaración comprometiéndose a aprender el francés y el reconocimiento de que entiendan que el hombre y la mujer tienen iguales derechos y que los poderes políticos y religiosos son poderes separados.
La declaración será traducida, a varios idiomas para que los inmigrantes puedan entender lo que están leyendo, pero deberá firmar la versión en francés,a pesar de saberse de que las personas que llegan a este territorio,normalmente no entienden,ni hablan frances!!.
Cualquier persona que se niegue a firmar la declaración no será aceptada su solicitud, dijo la Ministro de Inmigración de Quebec, Yolande James, después de desvelar esta semana una serie de medidas diseñadas para ayudar a los inmigrantes a integrarse mejor en la sociedad de Quebec.
La declaracion,tiene elementos sumamente preocupantes,que no ocultan un marcado sello chovinista y discriminatorio.
Venir a Quebec no es un derecho, es un privilegio’, dijo James. ‘Si se niega a firmar la declaración, usted no será capaz de venir aquí’, aseguró.
James dijo que no prevé oposición a la declaración por parte de los posibles inmigrantes, porque probablemente ya tienen conocimiento de la sociedad de Quebec.
Cuando la gente quiere salir de su país y venir a Quebec, es porque ven la posibilidad de que Quebec tiene mucho para ofrecer’, aseguró.
Sin embargo, Ehab Lotayef, el vice-presidente de Parole Arabe, una organización de la comunidad árabe, dijo que la medida ‘es una jugada política para ganar votos, y yo espero que la mayoría de los ciudadanos puedan ver esto. Yo no sé que es lo que se puede lograr con esto. Estoy de acuerdo con que todos los nuevos inmigrantes deben aprender más sobre el lugar al que están llegando, pero este es un lugar que ya cuenta con una Carta de Derechos’, apuntó.
De igual forma, la directora de otra organización de Montreal que ayuda a los inmigrantes, dijo que cree que el nuevo plan está diseñado para apaciguar a un segmento de la población al que le preocupa que demasiados recién llegados no comparten los valores de los ciudadanos.
Me siento incómoda con hacer que las personas firmen esto’, dijo Anne Marie Rodrigues, directora del Centro de Acción Socio-Comunitario de Montreal.
James defendió la decisión de hacer que los posibles inmigrantes firmen la declaración, diciendo que los valores en que se basan son los principios de la Carta de Quebec de Derechos Humanos y Libertades Fundamentales, y en la Carta de Lengua Francesa.
La pregunta del million,sigue siendo...si existe una carta de quebec de derechos humanos y libertades fundamentales,y una carta de la lengua francesa, por que razon, es necesario obligar a los nuevos inmigrantes a firmar una declaracion especial!!?
No obstante, admitió que no había mucho que el gobierno pudiera hacer si los inmigrantes se niegan a acatar los valores de Quebec una vez que ya están aquí.
Rodrigues dijo que no cree posibles que los inmigrantes se nieguen a firmar la declaración ‘porque quieren venir aquí’.
El promedio de recepcion de inmigrantes, en quebec,oscila en mas de 47.000 personas por año.
A pesar de que el gobierno Charest anunció el nuevo plan hasta esta semana, su partido (El liberal)puso a flote la idea por primera vez en diciembre del 2007, cuando ésta apareció ante la audiencia Bouchard-Taylor sobre ajustes razonables.
El Concejal de la ciudad de Hérouxville, André Drouin, ha dicho,que estaba emocionado con el contenido de la declaración.
‘Es todo lo que ha estado pidiendo Hérouxville’, dijo, agregando que ‘ellos dicen que el francés es el idioma oficial y que (los
inmigrantes) deben aprender francés antes de venir aquí. Queremos decirle a la gente: ¡Así es cómo se hacen las cosas en Quebec! ¿Está usted de acuerdo o no?” Hérouxville, una ciudad en la zona de Mauricie, hizo titulares internacionales en enero del 2007 después de que su Consejo aprobó un ‘código de la vida’ en el que a los extra
njeros se les dijo que las lapidaciones, quemaduras y mutilaciones genitales de las mujeres no están permitidas en la comunidad.
A pesar de que apoya el plan, Drouin dice que le preocupa que la declaración sea difícil de aplicar.
‘Si un inmigrante firma la declaración y luego decide que no puede usar un casco de seguridad en el trabajo a causa de su religión, ¿qué pasará?’, se preguntó.
‘Es por eso que no queremos acomodamientos. Al entrar al país no debería haber ningún acomodamiento religioso’, señaló.
Elmenyawi Salem, presidente del Consejo Musulmán de Montreal, dijo que se alarmó al enterarse de que el gobierno va a obligar a las personas a firmar una declaración. ‘Esto es muy grave’, dijo. ‘Este es un terreno resbaladizo, especialmente cuando ya tenemos la Carta de Derechos’.
Agregó que los inmigrantes que están desesperados por venir a Quebec van a ‘firmar cualquier cosa que pongan delante de ellos’.
Algunas de las medidas anunciadas fueron sugeridas por la Comisión de Ajustes Razonables Bouchard-Taylor, la cual fue creada por el Primer Ministro Jean Charest para examinar el tratamiento para las minorías religiosas en Quebec después de varios casos de gran publicidad religiosa de acomodación.
Entre ellas figuran el aumento de la financiación para los grupos que apoyan a los inmigrantes y la promoción de la interculturalidad, o la diversidad.
Los inmigrantes que han sido aceptados a Quebec ahora podrán tomar cursos de francés gratis antes de que abandonen su país de origen, ya sea en línea o en la Alianza Francesa.
Una vez que llegan a Quebec, el gobierno pedirá a los inmigrantes asistir a un seminario sobre la adaptación a la vida aquí, llamado “Cómo vivir en Quebec”. El curso se dará en varios idiomas para dar cabida al 35 por ciento de los inmigrantes que no saben francés cuando llegan aquí.
La provincia también planea favorecer a los inmigrantes que tienen las aptitudes laborales necesarias para el mercado de trabajo de Quebec, y dice que va a intensificar los esfuerzos para apoyar a los inmigrantes que están teniendo problemas para encontrar trabajo.
En un esfuerzo por combatir la desigualdad, la discriminación y los prejuicios culturales dirigidos a las comunidades, en particular las minorías visibles, los planes de Quebec incluyen una serie de medidas para ayudar a los ciudadanos a comprender mejor los inmigrantes.
Sin embargo estos planes,parecen mas recetas cosmeticas,para resolver angustias electorales,por parte del desacreditado gobierno charest,salpicado por investigaciones en curso,por corrupcion.
Ademas es ostensible el incremento de una ola de estigmatizacion y macartismo por parte de el partido quebecois,y de otros sectores opositores al gobierno charest,contra las olas migratorias,considerandolas indeseables para la provincia de quebec.Elemento que se acompasa tranaversalmente con una tendencia nacional del gobierno conservador de Harper,que pretende no solo reducir la inmigracion,sino deprimir las condiciones de los planes gubernamentales de apoyo y de sostenibilidad economica y social para todos los inmigrantes.
Para nadie es un secreto que el gobierno federal,presiona tambien a quebec,para reducir las trasferencias presupuestales a la region de quebec,y estimula una propuesta perversa de privatizacion a ultranza de la educacion y de la salud entre otras.

Lotayef dijo que es crucial que a los profesionales que vienen a Quebec les sean reconocidas sus credenciales con mayor rapidez.
‘Tu vienes como ingeniero y tienes que trabajar en una estación de gasolina o una empresa de matanza de pollos!!, ilustró, agregando que ’si usted siente que es aceptado por la sociedad, esto creará más armonía. Estas son las cosas que se deberían estar trabajando’...A lo que habria que agregar, que nadie se siente integrado, si nunca le reconocen los creditos de sus estudios profesionales,y de carambola, LE TOCA REALIZAR AQUI EN QUEBEC,LOS TRABAJOS QUE LOS QUEBECOIS NO SON CAPACES DE REALIZAR,O NO LES GUSTA!!!

miércoles, 4 de agosto de 2010

POEMAS PUBLICADOS EN POETAS DEL MUNDO.

Cesar Augusto
Molina Consuegra


LA VIDA DE IDA Y VUELTA.

TU PRESENCIA OMNIPRESENTE
EN EL BRILLO DE LAS COSAS,
EN LAS SILUETAS RECATADAS DEL PASILLO...
EN LOS TONELES DEL AGUA...
LAS VOCES EN EL COMEDOR DE LAS GARDENIAS..

LOS JACINTOS FLORECIDOS
EN EL PATIO,
LAS POTERAS DE LIRIOS EN EL BALCON...
POR TI ...POR TI MIS OJOS
RETIENEN LA AURORA
QUE AL INFINITO SE LEVANTA
ERES MI CAMINO..
CUANDO NO HAY CAMINOS..

Y ENTONCES SUELTO
MI BANDADA DE PALOMAS
EN FRENETICO VUELO AL INFINITO..
SON PALOMAS EN MI ARCO DE ESTRELLAS..
SEÑALES ESPACIALES
DE MI FINITA PRESENCIA....
V
DESTELLOS DE LA VIDA
VUELO ARCANO HACIA EL FINAL...
QUE ES EL COMIENZO.
LA VIDA DE IDA Y VUELTA..
EL REGRESO....
MIENTRAS EL CALIDO AMOR,
ANTORCHA ES QUE CALIENTA
NUESTRO CUERPO...
Y SEGUIMOS ARRASTRANDO NUESTRAS IRAS...
Y EN LA BUSQUEDA DE LA JUSTICIA..
TERMINEN MUTILADAS NUESTRAS MANOS..

POR QUE EL ESPIRITUD TOMA EL FUEGO
Y DA EL FUEGO,
ARDE E INFLAMA..
AQUELLO QUE SE TOMA
Y QUE SE DA ES EL FUEGO...
ES TAMBIEN EL FUEGO DEL ESPIRITUD..
NUESTRA BUSQUEDA A TIENTAS
EN LAS TINIEBLAS..
LA UTOPIA SOÑADA..
INTENTANDO DESCIFRAR
COMO FUNCIONA LA MENTE DE DIOS..

AQUI PERPLEJOS
CON LA MISMAS PREGUNTAS
DE JOB
A QUE SE DEBE TANTO ABANDONO SEÑOR..
TANTO SUFRIMIENTO
DE MULTIPLES ROSTROS..
TANTA HUMILLACION,TRISTEZA Y SOLEDAD,
TANTOS MIEDOS Y TEMORES
POR LA MOTOSIERRAS QUE RESUENAN..
AQUI PERPLEJOS
CON LAS MISMAS PREGUNTAS
DEL NAZARENO EN ARAMEO.,
SEÑOR POR QUE NOS HAS ABANDONADO!!..

NO ESPERAMOS
EL MILAGRO DE LOS SANTOS..
ELLOS AUN ESTAN MAS CONFUNDIDOS...
POR ESO MUJER
NUNCA DEJEMOS DE HACER EL ULTIMO INTENTO..
Y NO HAGAMOS EL ULTIMO INTENTO HASTA
QUE EL HORIZONTE DE JUSTICIA
REDIMA PARA SIEMPRE
LA CONDICION HUMANA..

NO SE QUIEN ANDA.

No se quien anda y desanda el camino
febrilmente, con ruido que se arrastra
como si chocaran sus pies sobre las piedras

Alguien silva la misma letania
de la madrugada
cuando los gallos cantan
y entonces somos la sombra peregrina
que vaga taciturna por las calles
un impulso Visceral de afirmarnos
de ser algo mas que una estadistica
fria guardada en anaqueles miserables

las vitrinas exiben maniquies
la sonrisa plastica evanescente
de sueños que mueren sin nacer..

Al fondo la calle bulle
de anonimos rostros que se cruzan
la mano esquiva
la soledad que cae a los hombros
como un hachazo mortal

es como un mar de restos
arrojados a una playa fantasmal...

LAS TENUES CURVAS..

Las tenues curvas de tus caderas..
una manzana de pecado que me espera...
las imponentes piernas como puentes
para espantar el fastidio..
tu mirada que abarca
el universo de mi cuerpo...
como un Fausto, extraviado
en el Paraiso tembloroso de la carne..
ahora sucumbo al huracan
de tus morbidos besos
mientras el mundo crece
en la piel...

El amor.
fuego que ilumina el cielo...
las fumarolas de colores
un co que cruza raudo
hacia la profundidad del estero..
el viaje astral
los frutos maduros
de tus senos que me esperan..
una noche que crece en el camino
con voces moribundas..
el desprendimiento...
tus brazos girando..
como una infinita epifania..
como una inmnesa cruz
donde se curva el tiempo..
para liberarme...
entre suspiros y quejidos...
un poema que escribo
con mis manos sobre las frutas
frescas
de tus senos...
tibia la piel.
y la sangre a galope..
tu cadera que bibra
como un pentagrama..
el ladrido a lo lejos del pasado..
las lunas que he bevido en tus ojos..

Tus manos que grabaron
con llamas la pasion sobre mi pecho..
arriba la telaraña de los años
la soledad del naufragio de los sueños.
el discurso vacio y electorero
de los politiqueros de siempre..
la noche trae de nuevo
un huracan de cadaveres.
que el mar vomita en la orilla.
como un deshuesadero...
y el cuerbo canta a lo lejos..
para señalar su omnipresente presencia.

Entonces escucho..
El aullido del gato en el tejado...
la lluvia bañando las heridas
que no curaran ya los dioses en la huida..
los delincuentes de cuello blanco
toman whisky en el balcon...
sus putas ebrias
danzan la orgia de los dineros calientes...

Y ahora recuerdo..
Tiernos minutos compartiendo
el pan caliente, contigo amor!!...
viajando en la profundidad de tu mirada...
hacia el valle movedizo de tus carnes..
por la ventana vimos crecer las flores del verano..
lirios y gardenias
cayenas y rosas rojas en el antejardin
el unico e indescriptible
olor a la guayaba..
que define nuestra cultura
y amor por nuestra tierra.
sin pergaminos señoriales..
el perfume de la flor de ilan ilan
amarilla como miles de soles..
que estallaban en el filo de la madrugada..
nuestra aurora de sueños...
un arbol de matarraton
en la esquina que espanta
el calor del medio dia...

el olor salobre de la brisa marina del caribe..
los chicharrones
en la manteca ardiendo..
el aroma de un arroz con lisa
en la plaza de mercado de la magola..
la calida energia de nuestras utopias...
envueltos en el canto anecestral
del carnaval TE OLVIDE.!!..

Afuera el viento rugia
entre los arboles..
y las hojas volaban indecisas
como todas nuestras certidumbres..
como en el amor
vamos cambiando de pieles..
y llenandonos de ausencias.
en la mesita de noche
'El Tunel'
de Ernesto sabato..

Aveces hemos sido raiz
del arbol en medio del huracan de la vida..
flor que se baña en el rocio de la aurora..
fruto que cae a la arena.
para ser semilla y renacer
como los granos de mostaza..

Entonces es mejor
ser Hector que Aquiles....
o el sabio minotauro
encerrado en el laberinto..
que no se cansa de vagar
por los pasillos identicos
para encontrar porfin.. la puerta de salida....
mientras tanto
la Divina Comedia de Dante
no termina....
Y Sancho, nos dice
que los molinos de viento
no existen...
pero el Quijote ha roto
contra ellos varias lanzas..
y tenemos heridas profundas en el alma..
quien sabe,si es mejor no recuperar
nunca la razon!!....

martes, 3 de agosto de 2010

PUNLICACION DE MIS MICROCUENTOS EN EL I TOMO DEL LIBRO MI AMIGO EL CUENTO.

ESTA ES LA PORTADA Y CONTRAPORTADA DEL TOMO I DEL LIBRO "MI AMIGO EL CUENTO" PUBLICADO POR REVISTA TALLER LUNA Y SOL EDITORES.

LOS ESCRITORES INVITADOS SON:
ADALBERTO DEULOFEUT PRADO
ADELAIDA RODRÍGUEZ GARNICA
ANA JULIA CEPEDA CEPEDA
ANTONIO MORA VELEZ
ASTRID SOFIA PEDRAZA
CARLOS DE LA HOZ
CESAR MOLINA
DALIT RAFAEL ESCORCIA MARCHENA
FERMIN MOLINA
GUSTAVO TATIS GUERRA
JUAN CARLOS CESPEDES
LIDIA CORCIONE
LYA SIERRA
MARCO RODRÍGUEZ CAMARGO
OSCAR MORA Y
RICARDO LEON DE LAS SALAS MIER

A PARTIR DE LA OTRA SEMANA SE PODRÁ ADQUIRIR EN LOS PUESTOS DE REVISTAS Y LIBRERÍAS DEL PAÍS.

VALOR 10 MIL PESITOS COLOMBIANOS.
Lugar: BARANQUILLA COLOMBIA

PUBLICACION DE MIS MICROCUENTOS,EN EL LIBRO MI AMIGO EL CUENTO.

ESTA ES LA PORTADA Y CONTRAPORTADA DEL TOMO I DEL LIBRO "MI AMIGO EL CUENTO" PUBLICADO POR REVISTA TALLER LUNA Y SOL EDITORES.

LOS ESCRITORES INVITADOS SON:
ADALBERTO DEULOFEUT PRADO
ADELAIDA RODRÍGUEZ GARNICA
ANA JULIA CEPEDA CEPEDA
ANTONIO MORA VELEZ
ASTRID SOFIA PEDRAZA
CARLOS DE LA HOZ
CESAR MOLINA
DALIT RAFAEL ESCORCIA MARCHENA
FERMIN MOLINA
GUSTAVO TATIS GUERRA
JUAN CARLOS CESPEDES
LIDIA CORCIONE
LYA SIERRA
MARCO RODRÍGUEZ CAMARGO
OSCAR MORA Y
RICARDO LEON DE LAS SALAS MIER

A PARTIR DE LA OTRA SEMANA SE PODRÁ ADQUIRIR EN LOS PUESTOS DE REVISTAS Y LIBRERÍAS DEL PAÍS.

VALOR 10 MIL PESITOS COLOMBIANOS.
Lugar: BARANQUILLA. COLOMBIA

lunes, 2 de agosto de 2010

PUBLICACION DE MIS TRABAJOS LITERARIOS EN LA REVISTA MOLINO DE LETRAS.

Publicacion de mis trabajos literarios en la revista MOLINO DE LETRAS numero 7.
Estimado César:

Es para nosotros un placer informarte que tus trabajos "Ahora te presiento" y "La piel del cielo" han sido publicados en las secciones correspondientes de la revista Molino de Letras nº 7 correspondiente a Agosto.

Muchas gracias por tu entusiasta y valiosa participación.

Un abrazo:
Mariela Loza Nieto - Dierectora
Elena Ortiz Muñiz - Sub directora