LA NOVIA DE BARRANQUILLA.

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ESTHER FORERO.

RESEñAS LITERARIAS.

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PROMOCIONA EL LIBRO CANTATA A LA VIDA,EL AMOR Y EL OLVIDO.

JOSE MARIA VARGAS VILA.

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PANFLETARIO Y LIBERTARIO.

EL GRAN ESCRITOR WILLIAN FAULKNER.

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EL AUTOR DE LAS PALMERAS SALVAJES.

DESNUDO.

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LOS DETECTIVES SALVAJES.

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JOSE LUIS DIAZ GRANADOS.

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UN GRAN POETA.

EL POETA ...OCTAVIO PAZ,

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RESEñADO EN EL DICCIONARIO LATINOAMERICANO DE POETAS.

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LIBROS Y LETRAS.

REVISTA MOLINO DE LETRAS NUMERO NUEVE,

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MICROCUENTO UNA SOMBRA.

PRIMER FOLIO DEL CANTAR DEL MIO CID.

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LA LEYENDA DEL GILGAMESTH.

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MUJER EN EL JARDIN.

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AU MOULIN DE LA GALLETTE.

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PLAZA DE BOLIVAR.

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VICENTE VAN GOGH

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QUIEN SOLO VE SEGMENTOS DE LA REALIDAD,ESTA CONDENADO A NO VER LA REALIDAD COMPLETA.

MI AMIGO EL CUENTO TOMO II

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PUBLICACION DE MIS TRABAJOS LITERARIOS.

PORTADA DE LA REVISTA TALLER LUNA Y SOL.

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PLAYAS DE CHORONI.

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LOS FUSILAMIENTOS DEL 3 DE MAYO.

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LA DIVINA COMEDIA. NARRATIVA.

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PORTADA DE CIEN AñOS DE SOLEDAD.

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POEMAS PUBLICADOS EN POETAS DEL MUNDO.

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CESAR MOLINA CONSUEGRA.

MI AMIGO EL CUENTO.

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nelson,mi esposa Carla,Cesar y Emilse.

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MAS ALLA DE LA MUERTE.

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HOMENAJE A UN GRAN ESCRITOR.

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MONSIVAIS

UNA APROXIMACION A LA OBRA LITERARIA DE LA POETISA MEYRA DEL MAR

UNA APROXIMACION A LA OBRA LITERARIA DE LA POETISA MEYRA DEL MAR
AUTOR, CESAR MOLINA CONSUEGRA.

MEYRA DEL MAR.

MEYRA DEL MAR.
Una aproximacion a la obra literaria de la poetisa meyra del mar..Un homenaje a su memoria!!

Una aproximacion a la obra literaria de la poetisa Meyra del Mar

Una aproximacion a la obra literaria de la poetisa Meyra del Mar
El autor..CESAR MOLINA CONSUEGRA.

LA CORONELA MANUELA SAENZS

LA CORONELA MANUELA SAENZS
LIBERTADORA DEL LIBERTADOR.

HASTA SIEMPRE LUIS VITALE!!

HASTA SIEMPRE LUIS VITALE!!
TE QUEDARAS CON NOSOTROS!!

HOMENAJE A MIGUEL HERNANDEZ EN ALICANTE.

HOMENAJE A MIGUEL HERNANDEZ EN ALICANTE.
POETAS DEL MUNDO EN EL ACTO.

ROBERTO FERNANDEZ RETAMAR.

ROBERTO FERNANDEZ  RETAMAR.
UNA VIDA EN CASA DE LAS AMERICAS.

TURNER EN EL MUSEO DEL PRADO DE MADRID.

TURNER EN EL MUSEO DEL PRADO DE MADRID.
UN CALIDOSCOPIO PARA APRECIAR SU ESTILO.

AQUILES

AQUILES
LA INUTIL SED DE VIOLENCIA.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

EL TIGRE Y EL ZORRO.

Un tigre atrapó a un zorro, y éste le dijo:
- A mí no puede comerme.
- El Emperador del Cielo me ha designado rey de todas las bestias.
- Si me comes desobedecerás sus órdenes.
- Si no me crees, ven conmigo.
- Pronto verás cómo huyen los otros animales al verme.

El tigre accedió a acompañarle: y en cuanto los otros animales los veían, escapaban presurosos. El tigre creyó que temían al zorro. No se dio cuenta que huían de él.

Fuente: desconocido

martes, 28 de septiembre de 2010

EL CID CAMPEADOR EN LA LITERATURA.

El Cid en la literatura
Excepción hecha de los testimonios documentales de la época, algunos firmados por el propio Rodrigo Díaz, las fuentes más antiguas acerca del Campeador provienen de la literatura andalusí del siglo XI. Las obras más tempranas de que tenemos noticia sobre él no se han conservado, aunque se ha transmitido lo esencial de ellas a través de versiones indirectas. En las fuentes árabes se impreca generalmente al Cid con los apelativos de tagiya ('tirano, traidor'), la'in ('maldito') o kalb ala'du ('perro enemigo'); sin embargo, se admira su fuerza bélica, como en el testimonio del siglo XII del andalusí Ibn Bassam, única alusión en que la historiografía árabe se refiere al guerrero castellano en términos positivos; de todos modos Ibn Bassam habitualmente se refiere a Rui Díaz con denuestos, execrándolo a lo largo de toda su Al-Djazira fi mahasin ahl al-Yazira... (Tesoro de las hermosas cualidades de la gente de la Península) con las expresiones «perro gallego» o «al que Dios maldiga». He aquí el conocido pasaje en que reconoce su prodigiosa valía como guerrero:[34]

...era este infortunio [es decir, Rodrigo] en su época, por la práctica de la destreza, por la suma de su resolución y por el extremo de su intrepidez, uno de los grandes prodigios de Dios.

Ibn Bassam, Yazira, 1109.[35]
Es de notar, asimismo, que nunca se le aplica en las fuentes árabes el sobrenombre de sidi (señor) —que entre los mozárabes derivó a «Cid»—, pues era un tratamiento restringido a los dirigentes islámicos.

La Elegía de Valencia del alfaquí Alwaqqashí fue escrita durante el sitio de Valencia (inicios de 1094). Entre ese año y 1107 Ibn Alqama compone su Manifiesto elocuente sobre el infausto incidente, que narra las vicisitudes del señorío del Cid en Valencia. Ibn Al-Faray, visir de Al-Qádir, redacta un relato que no nos es conocido ni en su título, sobre los momentos previos a la conquista de Valencia por el Cid. Por último, y como se dijo arriba, en 1110 Ibn Bassam de Santarén dedica la tercera parte de su Al-Yazira a exponer su visión del Campeador.

En cuanto a las fuentes cristianas, desde la primera mención segura sobre el Cid (en el Poema de Almería, 1147/8) las referencias están teñidas de una aureola legendaria, pues se dice de él que nunca fue vencido. Para noticias más fieles a su biografía real existe una crónica en latín, la Historia Roderici (segunda mitad del siglo XII), concisa y bastante fiable, aunque con importantes lagunas en varios periodos de la vida del Campeador. Junto a los testimonios de historiadores árabes es la principal fuente sobre el Rodrigo Díaz histórico. Además, la Historia Roderici presenta a un Rodrigo Díaz no siempre alabado por su autor, lo que hace pensar en la neutralidad de su relato. Así, comentando la razia del Campeador por tierras de La Rioja, el autor de la historia de Rodrigo se muestra muy crítico con el protagonista, como se puede ver en la manera como describe y valora su razia por La Rioja:[36]

[...] Rodrigo abandonó Zaragoza con un ejército innumerable y muy poderoso, y penetró en las regiones de Nájera y Calahorra, que eran dominios del rey Alfonso y estaban sometidas a su autoridad. Peleando con decisión tomó Alberite y Logroño. Con brutalidad y sin piedad destruyó estas regiones, animado por un impulso destructivo e irreligioso. Se apoderó de un gran botín, pero ello fue deplorable. Su cruel e impía devastación destruyó y asoló todas las tierras mencionadas.

Historia Roderici, apud Fletcher (2007), pág. 226.
La literatura de creación pronto inventó aquello que se desconocía o completaba la figura del Cid, contaminando progresivamente las fuentes más históricas con las leyendas orales que iban surgiendo para ensalzarlo y despojar su biografía de los elementos menos aceptables por la mentalidad cristiana y el modelo heroico que se quería configurar, como su servicio al rey musulmán de Saraqusta.


Manuscrito Carmen Campidoctoris.Sus hazañas fueron incluso objeto de inspiración literaria para escritores cultos y eruditos, como lo demuestra el Carmen Campidoctoris, un himno latino panegírico escrito en poco más de un centenar de versos sáficos en la segunda mitad del siglo XII que cantan al Campeador ensalzándolo como se hacía con los héroes y atletas clásicos grecolatinos.[37]

En este panegírico ya no se encuentran registrados los servicios de Rodrigo al rey de la taifa de Zaragoza; además, se han dispuesto combates singulares con otros caballeros en sus mocedades para resaltar su heroísmo, y aparece el motivo de los murmuradores, que provocan la enemistad del rey Alfonso, con lo que el rey de Castilla queda exonerado en parte de responsabilidad en el desencuentro y destierro del Cid.

En resumen, el Carmen es un catálogo selecto de las proezas de Rodrigo, para lo cual se prefieren las lides campales y se desechan de sus fuentes (Historia Roderici y quizá la Crónica najerense) algaras de castigo, emboscadas o asedios, formas de combate que conllevaban un menor prestigio.[38]


Reproducción del primer folio del manuscrito del Cantar de mio Cid conservado en la Biblioteca Nacional de España.De esta misma época data el primer cantar de gesta sobre el personaje: el Cantar de mio Cid, escrito entre 1195 y 1207 por un autor culto, letrado de la zona de Burgos, Soria, la Comarca de Calatayud, Teruel o Guadalajara[39] y con conocimientos de derecho. El poema épico se inspira en los hechos de la última parte de su vida (destierro de Castilla, batalla con el conde de Barcelona, conquista de Valencia), convenientemente recreados. La versión del Cid que ofrece el Cantar constituye un modelo de mesura y equilibrio. Así, cuando de un prototipo de héroe épico se esperaría una inmediata venganza de sangre, en esta obra el héroe se toma su tiempo para reflexionar al recibir la mala noticia del maltrato de sus hijas («cuando ge lo dizen a mio Cid el Campeador, / una grand ora pensó e comidió», vv. 2827-8) y busca su reparación en un solemne proceso judicial; rechaza, además, actuar precipitadamente en las batallas cuando las circunstancias lo desaconsejan. Por otro lado, el Cid mantiene buenas y amistosas relaciones con muchos musulmanes, como su aliado y vasallo Abengalbón, que refleja el estatus de mudéjar (los «moros de paz» del Cantar) y la convivencia con la comunidad hispanoárabe, de origen andalusí, habitual en los valles del Jalón y Jiloca por donde transcurre buena parte del texto.[40]

La Estoria o Leyenda de Cardeña recopila un conjunto de noticias elaboradas por los monjes del Monasterio homónimo acerca de los últimos días de Rodrigo Díaz, el embalsamado de su cadáver y la llegada de Jimena con él al monasterio burgalés, donde quedó expuesto sentado por diez años hasta ser enterrado. Este relato, que incluye componentes sobrenaturales hagiográficos y persigue convertir al monasterio en lugar de culto a la memoria del héroe ya sacralizado, fue incorporado a las crónicas castellanas empezando por las distintas versiones de la Estoria de España alfonsí. En la Leyenda de Cardeña aparece por vez primera la profecía de que Dios concederá al Cid la victoria en la batalla aun después de su muerte.[41]

Entre otros aspectos legendarios que se desarrollaron a la muerte del Cid en torno al monasterio de San Pedro de Cardeña está el utilizar a dos espadas con nombres propios: la llamada Colada y la Tizona, que según la leyenda era perteneciente a un rey de Marruecos y hecha en Córdoba. Ya desde el Cantar de mio Cid (solo cien años desde su muerte) la tradición ha propagado los nombres de sus espadas y de su caballo, Babieca.


Mocedades de Rodrigo.Hasta el siglo XIV fue fabulada su vida en forma de epopeya, pero cada vez con más atención a su juventud, imaginada con mucha libertad creadora, como se puede observar en las tardías Mocedades de Rodrigo, en que se relata cómo en sus años mozos se atreve a invadir Francia y a eclipsar las hazañas de las chansons de geste francesas. El último cantar de gesta le dibujaba un carácter altivo muy del gusto de la época, que contrasta con el personaje mesurado y prudente del Cantar de mio Cid.

A partir del siglo XV se va perpetuando la leyenda popular del héroe asentada sobre todo en el ciclo cidiano del romancero. Su juventud y sus amores con Jimena fueron desarrollados en los romances, con el fin de introducir el tema sentimental en el relato completo de su leyenda. Del mismo modo, se añadieron episodios que le retrataban como un piadoso caballero cristiano, como el viaje a Santiago de Compostela o su caritativo comportamiento con un leproso, a quien, sin saber que es una prueba divina (pues es un ángel transformado en tullido), el Cid ofrece su comida y conforta. El Cid se va configurando, de ese modo, como perfecto amante y ejemplo de piedad cristiana. Todos estos pasajes formarán la base de las comedias del Siglo de Oro que tomaron al Cid como protagonista.

En el siglo XVI, además de continuar con la tradición poética de elaborar romances artísticos, le fueron dedicadas varias obras teatrales de gran éxito, generalmente inspiradas en el propio romancero. En 1579 Juan de la Cueva escribió la comedia La muerte del rey don Sancho, basada en la gesta del cerco de Zamora. En este material se basó también Lope de Vega para componer Las almenas de Toro. Pero la más importante expresión teatral basada en el Cid son las dos obras de Guillén de Castro Las mocedades del Cid y Las hazañas del Cid, escritas en 1618. Corneille se basó (por momentos al pie de la letra) en la obra del español para componer Le Cid (1636), un clásico del teatro francés.

Los románticos recogieron con entusiasmo la figura del Cid siguiendo el romancero y las comedias barrocas: ejemplos de la dramaturgia del siglo XIX son La jura de Santa Gadea, de Hartzenbusch y La leyenda del Cid, de Zorrilla, una especie de extensa paráfrasis de todo el romancero del Cid en aproximadamente diez mil versos. El romanticismo tardío escribió profusamente reelaboraciones de la biografía legendaria del Cid, como la novela El Cid Campeador (1851), de Antonio de Trueba.[42] En la segunda mitad del siglo XIX el género deriva a la novelista de folletín, y Manuel Fernández y González escribió una narración de este carácter basada en sus aventuras y sus leyendas llamada El Cid, al igual que Ramón Ortega y Frías.

En el ámbito teatral Eduardo Marquina lleva al modernismo este asunto con el estreno en 1908 de Las hijas del Cid.

En el siglo XX aparecen versiones poéticas modernas del Cantar de mio Cid, como las que realizaron Pedro Salinas, en verso, y Camilo José Cela.

Las ediciones críticas más recientes del Cantar, han devuelto el rigor a la edición literaria del Cantar; así, la más autorizada actualmente es la de Alberto Montaner Frutos, editada en 2000 para la colección «Biblioteca Clásica» de la editorial Crítica, revisada en 2007 en Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores.

Una de las magnas obras del poeta chileno Vicente Huidobro es La hazaña del Mío Cid (1929), que como él mismo se encarga de señalar, es una «novela escrita por un poeta».

A mediados del siglo XX el actor Luis Escobar hizo una adaptación de Las mocedades del Cid para el teatro, titulada El amor es un potro desbocado; en los ochenta José Luis Olaizola publicó el ensayo El Cid el último héroe, y en el año 2000 el catedrático de historia y novelista José Luis Corral escribió una novela desmitificadora sobre el personaje titulada El Cid. En 2007 Agustín Sánchez Aguilar publicó la leyenda del Cid, adaptándola a un lenguaje más actual, pero sin olvidar la épica de las hazañas del caballero castellano.

EL POETA BAJO TORTURA: *AHORA TE VA A COGER DIOS*

martes 28 de septiembre de 2010
Argentina, Chaco: El poeta bajo tortura: “Ahora, te va a coger Dios”

Marcos Salomón (CHACO DIA POR DIA)


Le advirtió el torturador a Raúl Junco, quien declaró este lunes ante el Tribunal Oral Federal. Se escucharon a otros cuatro testigos relacionados a la zona rural: Leopoldo Jordán, Laureano Guzmán y los hermanos Ángel y Héctor Berger.

Un poeta y cuatro hombres ligados a la zona rural chaqueña fueron los testigos ayer, en la continuidad del juicio oral y público por la Causa Caballero, en la que se juzga tormentos agravados ocurridos en la Brigada de Investigaciones y en la alcaidía policial entre 1975 y 1979.


Tragicómico


Raúl Junco contó su tragedia en clave de comedia, hasta de los momentos más atroces que le tocaron vivir logró sacar una sonrisa a propios y extraños (si hasta los imputados no pudieron disimular una sonrisa).


De alpargata, y vestido con elegante ropa de trabajo rural, contó que fue detenido el 4 de junio en la casa de Reynaldo Zapata Soñez –víctima de la Masacre de Margarita Belén- y que durante su detención el imputado Ramón Gandola, a pesar de conocerlo, le dio un duro golpe en la nuca.


Lo llevan a la Brigada de Investigaciones, donde le bajan el pantalón, mientras José Luis Patetta - otro de los imputados -, cuya descripción no fue del todo clara, le apuntaba a la cabeza con una pistola.


“Me pegué un cagazo y ahí se me vino la noche: picana y piñas sin parar, así me tenían”, relató Junco. Está 20 días, hasta que lo trasladan en la Alcaidía Policial, donde no dura mucho tiempo y es traído nuevamente a la Brigada.


“Encrucificado”


De nuevo en el Infierno, Junco es llevado por José María Cardozo (fallecido en el proceso) a uno de los sótanos de tortura. Lo atan al elástico de una cama, mientras “Cardocito me mostraba un crucifijo de aleación que me había regalado mi hermano”, narró.


Entonces, se preanunció el sadismo: “Ahora, te va a coger Dios”, le gritó Cardozo, mientras “me introduce en el ano el crucifijo”. La sesión de tortura no termina ahí: “Me pone picana”, justo en ese lugar, “y se rompió el crucifijo, desgarrándome el ano”, narró.


Irónicamente, todas estas sesiones de tormentos, supuestamente destinadas a quebrar al preso político para lograr que conteste pregunta, “nunca fueron acompañadas por un interrogatorio formal”. De hecho, “no preguntaban nada”.


Infierno


En la Brigada, Junco fue golpeado por Gabino Manader y José Francisco Rodríguez Valiente (ambos imputados), en el mismo lugar donde vio a Patricio Blas Tierno, que “estaba hecho pelota”, lugar al que describió muy gráficamente: “El que llegaba ligaba, no se pegaban entre ellos porque se conocían”, contó el testigo y las risas fueron infrenables.


Junco, que fue un detenido-desaparecido: “No me vio ni Jesucristo”, contó el remate de una conversación de antología, con un servicio de Inteligencia: “… Si ustedes saben dónde está Firmenich, vayan, agarrenlo y dejenme a mi”.


Apropiación de bienes


A Leopoldo Jordán, que tenía un aserradero en Machagai (aunque estaba asentado en Córdoba) lo detienen el 12 de febrero de 1977 (un día antes del cumpleaños de su hijo) por llevar a Raúl “Ñaró” Gómez Estibarribia - delegado de Ligas Agrarias en Corrientes - hasta Corzuela.


Mientras “Ñaró” fue ultimado de un itakazo en el campo donde presumiblemente se iba a esconder, Jordán fue detenido y tuvo que soportar la tortura en Brigada de Investigaciones, pasó por la alcaidía, la U7 y, para cuando salió de la cárcel, los torturadores de la dictadura cívico-militar se habían apropiado de todos sus bienes, al punto que su esposa e hijos debieron vivir de “la asistencia”. “Fue como el Martín Fierro, volver y encontrar el rancho abandonado”.


Campo arrasado


De los tres testigos restantes, todos estaban relacionados con Ligas Agrarias. El caso de los hermanos Ángel y Héctor Berger, detenidos por proteger al dirigente Carlos Oriansky, en un operativo encabezado por el imputado Patetta.


Según su relato, ambos fueron torturados y detenidos, el campo familiar fue quemado por bombas incendiarias arrojadas por un helicóptero del Ejército, mientras los torturadores se apropiaron de todos los bienes, incluido el dinero de un crédito bancario.


Por último, declaró Laureano Guzmán, otro detenido y torturado por pertenecer a Ligas Agrarias. Así terminó una audiencia, a la que el Tribunal Oral Federal intentó imprimir cierto ritmo.

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Publicado por ARGENPRESS en 15:08:00
Etiquetas: Argentina, Chaco, CHACO DIA POR DIA, dictadura, juicios, Justicia, militar, represores

sábado, 25 de septiembre de 2010

EL ILUSIONISTA...

El ilusionista,inicio su sesion con las magicas palabras de ABRA CADABRA,el teatro estaba atestado de personas incredulas,de pronto,e sintio un rugido,como de fiera prehistorica, los cimientos comenzaron a temblar,entonces levanto los brazos,y comenzo a levitar!!..fue cuando todo el mundo desaparecio!!

viernes, 24 de septiembre de 2010

EL SEPELIO...

EL SEPELIO...
El sepelio desemboco,en las cuatro esquinas del cementerio,una multitud luchaba por entrar,por la angosta puerta,otra marejada humana,se posiciono en los espacios laterales de la ancha plaza,entre llantos,rezos y murmullos,el feretro se balanceaba en los brazos de la multitud...frente a ala boveda que señala el unico lugar, irrevocable espacio de la muerte,abrieron la caja,para darle al difunto el ultimo adios!!..pero la caja estaba vacia...y la multitud en su desbandada rompio tapias y cruces,floreros y lapidas!!

miércoles, 22 de septiembre de 2010

LA ESCALERA MOJADA...

Todos estabamos en la parte alta de las escaleras,recogiendo las manzanas,arriba un cielo amenazante de color plomizo,una lluvia pertinaz que nubla los ojos,y el rugido del trueno,la estela de luz de los rayos,el olor de la estatica..hay voces anonimas en variados idiomas,a lo lejos el mugido de las vacas,el olor a pasto virgen,y la moñinga de vaca, de pronto ese golpe seco y aparatoso,y el ruido de una escalera que cae,un grito apagado de dolor,en lo que parece ser un sueño de tantos que interioriza nuestras metas y sueños,frente a la ventana solo cruzan sombras anonimas,y ruido de pies que se arrastran,la lampara de luz se enciende por unos segundos,pienso que hago parte de un sueño colectivo,mientras sacudimos la piel,la sinergia nos acopla a la cola del mundo,en una secuencia infinita,cuando escucho que LINDA,le dice a MALLOF,QUE ACABAN DE LLEGAR LOS MEDICOS,PARA CURAR A EL PACIENTE.

martes, 21 de septiembre de 2010

CARTA A ERNESTO SABATO O LAMETAFISICA DE LO COTIDIANO,POR JORGE CASTELLON.

Carta a Ernesto Sábato o la metafísica de lo cotidiano por Jorge Castellón
« volver




Y qué mejor manera de comenzar un libro que sus palabras: “Hay días que me levanto con una esperanza demencial —dice usted— momentos en los que siento que las posibilidades de una vida más humana, están al alcance de nuestras manos. Este es uno de esos días.” Es que eso demuestra que la literatura, la escritura en usted, y en muy pocos de su estatura, es un regalo para nosotros, de lo mejor de usted mismo. Su mejor vino, la gran reserva espiritual de un hombre que resiste el siglo, y que en esa resistencia se ha añejado su sabiduría, para ponerla en el centro de la mesa de los que quieren ser convidados en una invitación siempre abierta.
Empecé, como es mi costumbre, por subrayar, por marcar los párrafos que me parecían invaluablemente hermosos de su libro, no sólo por su prosa, sino por su profundidad, por su noble sapiencia Le cuento que a las cinco páginas cesé de hacerlo: todo lo escrito era fundamental. Nada estaba de sobra, de fondo, de adorno. De seguir en mi costumbre, hubiese tenido que marcar cada párrafo de las 123 páginas de su libro.
Quiero comentar sólo su primera carta, que usted titula Lo pequeño y lo grande, de inicio acentúa usted “ la convicción de que - únicamente- los valores del espíritu nos pueden salvar de este terremoto que amenaza la condición humana”. Y al hablar de la condición humana nos habla de la soledad, del alejamiento que las personas —nosotros— experimentamos del mundo, de la des-humanización de la vida.
Momento terrible, sí, casi desesperanzador el que vivimos. Me entenderá mejor si le cuento que escribo desde Centroamérica., desde una de las partes más violentas y pobres del planeta, tierra de héroes sin tumbas, de santos y de cínicos. De un lugar ya sin bosques, sin aves, pero lleno de aguas putrefactas...pero que es nuestra casa. Y desde este contexto, donde uno ansía milagros, me impresiona aun más una declaración suya profundamente cierta, que aveces me pasa inadvertida:
“Milagro son ellos., milagro es que los hombres no renuncien a sus valores, cuando el sueldo no les alcanza para dar de comer a sus familias, milagro es que el amor permanezca y que todavía corran los ríos cuando hemos talado los arboles de la tierra”.
Y me pregunto: ¿cómo en un mundo como éste, todavía se puede hablar de la posibilidad el amor.? En un mundo donde, como en el poema de Juan Gelman:
“Sólo la esperanza tiene las rodillas nítidas.
Sangran...”
Nos dice, que hemos perdido “la capacidad para mirar y ver lo cotidiano”. Recordándonos con nostalgia y dulzura lo que es lo cotidiano mismo: “Una calle con enormes tipas, unos ojos candorosos en la cara de una mujer vieja, las nubes de un atardecer.” Nos llama la atención en su carta sobre un hecho casi fatal: el ruido tecnológico del mundo, que “nos quita las ganas de trabajar en alguna artesanía, leer un libro, arreglar algo de la casa mientras se escucha música o se matea,” que en nuestro caso seria el disfrutar de una taza de café entre amigos o seres queridos.
Nos habla en fin, de cosas simples que hemos olvidado, que hemos desvalorizado, que hemos echado al olvido presas de un letargo profundo sobre las cosas pequeñas. Y usted nos insiste que:
“ No hay otra manera de alcanzar la eternidad, que ahondando en el instante, ni otra forma de llegar a la universalidad que a través de la propia circunstancia: el hoy y el aquí. Y entonces ¿cómo? Hay que re-valorar el pequeño lugar y el poco tiempo en que vivimos”.
Y es verdad que ese espacio y ese tiempo están “sagradamente impregnados de la humanidad de las personas.” Y usted nos ayuda a descubrir esa metafísica de la vida cotidiana que desconocemos u olvidamos, y nos recuerda que aquellos zapatos viejos, no son zapatos...son “Van Gogh, Vincent: su ansiedad, su angustia, su soledad; de modo que son más bien su autorretrato.” De modo que lo humano está presente en todo y por lo tanto, las cosas, los objetos “son símbolos de aquello profundo y recóndito que reflejan”. Y que están allí, para decirnos algo...de los que nos rodean, y de las personas que nos han abandonado.
Descubro aquí, sin proponérmelo, una coincidencia suya con sus compatriotas, Jorge Luis Borges y Manuel Mujica Laínez: el amor poético por las cosas, por el misterio de las cosas, que viene del amor por las personas y del respeto por el tiempo que trascurre a través de las personas.
Borges dice:
“...!cuántas cosas,
Limas, umbrales, atlas, copas, clavos,
Nos sirven como tácitos esclavos,
Ciegas y extrañamente sigilosas!
Durarán más allá de nuestro olvido;
No sabrán nunca que nos hemos ido.”
Pero hay algo más en sus ideas señor Sabato, porque para usted, esas cosas, nos remiten más bien al presente, a la fuente del goce de lo humano en la vida cotidiana...”Porque el hombre hace con los objetos lo mismo que el alma realiza con el cuerpo, impregnándolo de sus anhelos y sentimientos...” Y así, “el contacto con cualquier obra humana evoca en nosotros la vida del otro”
Es por eso que -prosigue-... “ al retornar a nuestra casa después de un día de trabajo agobiante, una mesita cualquiera, un par de zapatos gastados, una simple lampara familiar, son conmovedores símbolos de una costa que ansiamos alcanzar, como náufragos exhaustos que lograran tocar tierra después de una larga lucha contra la tempestad.”
Entonces, es ahí, en lo inmediato, entiendo, en lo cotidiano, que comienza esa resistencia contra la tristeza del mundo, contra la pesadumbre que suscita la desesperanza; es – parece decirnos- en esos encuentros humanos en que resistimos la des-humanización del mundo que nos rodea. “A los años que tengo hoy, puedo decir, dolorosamente, que toda vez que nos hemos perdido un encuentro humano, algo quedó atrofiado en nosotros, o quebrado”
Fuera de los encuentros humanos, somos entonces seres atrofiados, quebrados, ajenos a nuestra propia naturaleza. Alejados, ajenos a los otros, y a la vivencia humana con el prójimo, nos deshumanizamos. Recuerdo ahora, una cita de Borges, que puede ser la nuestra: “No nos une el amor, sino el espanto”, y es precisamente lo que a nosotros nos sucede, diría, en mi pequeño país. Luego, unidos por el espanto y atrofiados, en qué nos hemos convertido.
Pero su carta, me alivia, me dice que lo grande, está en lo pequeño. Que es desde lo pequeño desde donde podemos comenzar a irradiar con nuestra pequeña luz, el oscuro mundo del entorno. Que lo pequeño es el intersticio, “apenas el espacio que necesita un latido para seguir viviendo, y a través de él puede colarse la plenitud de un encuentro, como las grandes mareas pueden filtrarse aun en las represas más fortificadas.”
Me alienta cuando dice, que “la historia es siempre novedosa”, Y que por eso, “ a pesar de las desilusiones y frustraciones acumuladas, no hay motivo para descreer el valor de las gestas cotidianas. Aunque simples y modestas son las que están [ ] abriendo así un nuevo curso al torrente de la vida”
Me alienta pensar, que cada abrazo entre hermanos, cada beso de una madre a sus hijos, cada sonrisa de un padre, cada risa entre amigos, cada noche entre amantes, cada esperanza juvenil, cada silencio satisfecho alrededor de una humilde mesa, cada sueño escolar, cada letra y palabra aprendida en una escuela, cada bondad en la calle, cada lucha honorable por el sustento, cada rezo, cada mirada de simpatía, nos abren la esperanza de un mejor futuro, “porque el amor, como el verdadero acto creador, es siempre la victoria sobre el mal.”
Con profundo agradecimiento y admiración.
Junio de 2010

domingo, 19 de septiembre de 2010

PROVERBIOS CHINOS.

PROVERBIOS CHINOS


UNO

Si me das pescado, comeré hoy, si me enseñas a pescar, podré comer mañana.



DOS

Pregunta al hombre con experiencia, no al hombre con estudios.



TRES

Incluso las torres más altas empiezan en el suelo.



CUATRO

Vive cada día de tu vida como si fuera el último, un día acertarás.



CINCO

Jamás desesperes, aún estando en las más sombrías aflicciones, pues de las nubes negras
cae agua limpia y fecundante.



SEIS

Le pedí a Dios todo para gozar la vida, El me dio vida para gozarlo todo.



SIETE

El jade necesita ser tallado para ser una gema.



OCHO

Cuando llegues a la última página, cierra el libro.



NUEVE

Quien hace una pregunta es ignorante cinco minutos; quien no la hace será siempre ignorante.



DIEZ

Es mejor volverse atrás que perderse en el camino.



ONCE

La puerta mejor cerrada es aquella que puede dejarse abierta.



DOCE

El que estudia diez años en la oscuridad, será universalmente conocido como quiera.



TRECE

El sabio no dice lo que sabe y el necio no sabe lo que dice.



CATORCE

Ámame cuando menos lo merezca, ya que es cuando más lo necesito.



QUINCE

Si eres paciente en un momento de ira, escaparás a cien días de tristeza.



DIECISEIS

No prometas nada cuando te sientas eufórico; no respondas una carta cuando te sientas iracundo.



DIECISIETE

La gente se arregla todos los días el cabello, ¿por qué no el corazón?



DIECIOCHO

Si haces planes para un año, siembra arroz. Si los haces para dos lustros, planta árboles.
Si los haces para toda la vida, educa a una persona.



DIECINUEVE

Si un problema tiene solución, no hace falta preocuparse. Si no tiene solución,
preocuparse no sirve de nada.



VEINTE

Que curioso es el hombre, nacer no pide, vivir no sabe, morir no quiere.



VEINTIUNO

El agua hace flotar el barco, pero también puede hundirlo.



VEINTIDOS

Un hombre tiene la edad de la mujer a la que ama.



VEINTITRES

No puedes guiar el viento, pero puedes cambiar la dirección de tus velas.



VEINTICUATRO

Si no quieres que se sepa, no lo hagas.

sábado, 18 de septiembre de 2010

LA LITTERATURE QUEBECOISE EN 600 TITRES

LA LITTERATURE QUEBECOISE EN 600 TITRES
LE CORPUS LITTERAIRE


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XXe siècle
1990...



Brisset, Annie. Sociocritique de la traduction: théâtre et altérité au Québec (1968-1988), 1990.

Féral, Josette. La Culture contre l'art, 1990.

Paterson, Janet M.. Moments postmodernes dans le roman québécois,1990. (@)

Turcotte, Elise
Le Bruit des choses vivantes, 1991.
Caravane, 1994.

Simon, Sherry
Fictions de l'identitaire au Québec, 1991. (@)
Le Trafic des langues: traduction et culture dans la littérature québécoise, 1994.

Allard, Jacques
Traverses de la critique au Québec, 1991. (@)
Le Roman mauve : microlectures de la fiction récente au Québec, 1997.

Chassay, Jean-François
Obsèques, 1991.
Les Ponts, 1995.
L'Ambiguite américaine: le roman québécois face aux Etats-Unis, 1995. (@)

Gallays, François (avec Sylvain Simard et Robert Vigneault, dir.). Le Roman contemporain au Québec (1960-1985), 1992. (@)

Saint-Jacques, Denis (dir.)
Les Pratiques culturelles de grande consommation: le marché francophone, 1992.
Ces livres que vous avez tant aimés: les best-sellers au Québec de 1970 à aujourd'hui, 1994. (@)

Cliche, A-Élaine
La Pisseuse, 1992.
La Sainte famille, 1994.

Chen, Ying
La Mémoire de l'eau, 1992.
Les Lettres chinoises, 1993.
L'Ingratitude, 1995.

Angenot, Marc. Les Idéologies du ressentiment, 1996.

Bouchard, Gérard. Quelques arpents d'Amérique : population, économie, famille, 1996.

Lamonde, Yvan et Bouchard, Gérard. Québécois et Américains : la culture québécoise aux XIXe et XXe siècles, @ 1995.

Lamonde, Yvan et Claude Larin. Louis-Joseph Papineau : un demi-siecle de combats, 1998.

Caccia, Fulvio. Cybersexe: les connexions dangereuses, 1995.

Lord, Michel
En quête du roman gothique québécois, 1837-1860, 1994.
La Logique de l'impossible. Aspects du discours fantastique québécois, 1995. (@)

Kokis, Sergio
Le Pavillon des miroirs, 1994.
Errances, 1996.
L'Art du maquillage, 1997.
Un sourire blindé, 1998.

Laverdure, Bertrand. L'Oraison cassée, 1994.

Saint-Martin, Lori
Lettre imaginaire à la femme de mon amant : nouvelles, 1991.
Contre voix : essais de critique au féminin, 1997.
etc, etc, etc...




Commentaires et suggestions: berand@sympatico.ca

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XXe siècle
1990...



Brisset, Annie. Sociocritique de la traduction: théâtre et altérité au Québec (1968-1988), 1990.

Féral, Josette. La Culture contre l'art, 1990.

Paterson, Janet M.. Moments postmodernes dans le roman québécois,1990. (@)

Turcotte, Elise
Le Bruit des choses vivantes, 1991.
Caravane, 1994.

Simon, Sherry
Fictions de l'identitaire au Québec, 1991. (@)
Le Trafic des langues: traduction et culture dans la littérature québécoise, 1994.

Allard, Jacques
Traverses de la critique au Québec, 1991. (@)
Le Roman mauve : microlectures de la fiction récente au Québec, 1997.

Chassay, Jean-François
Obsèques, 1991.
Les Ponts, 1995.
L'Ambiguite américaine: le roman québécois face aux Etats-Unis, 1995. (@)

Gallays, François (avec Sylvain Simard et Robert Vigneault, dir.). Le Roman contemporain au Québec (1960-1985), 1992. (@)

Saint-Jacques, Denis (dir.)
Les Pratiques culturelles de grande consommation: le marché francophone, 1992.
Ces livres que vous avez tant aimés: les best-sellers au Québec de 1970 à aujourd'hui, 1994. (@)

Cliche, A-Élaine
La Pisseuse, 1992.
La Sainte famille, 1994.

Chen, Ying
La Mémoire de l'eau, 1992.
Les Lettres chinoises, 1993.
L'Ingratitude, 1995.

Angenot, Marc. Les Idéologies du ressentiment, 1996.

Bouchard, Gérard. Quelques arpents d'Amérique : population, économie, famille, 1996.

Lamonde, Yvan et Bouchard, Gérard. Québécois et Américains : la culture québécoise aux XIXe et XXe siècles, @ 1995.

Lamonde, Yvan et Claude Larin. Louis-Joseph Papineau : un demi-siecle de combats, 1998.

Caccia, Fulvio. Cybersexe: les connexions dangereuses, 1995.

Lord, Michel
En quête du roman gothique québécois, 1837-1860, 1994.
La Logique de l'impossible. Aspects du discours fantastique québécois, 1995. (@)

Kokis, Sergio
Le Pavillon des miroirs, 1994.
Errances, 1996.
L'Art du maquillage, 1997.
Un sourire blindé, 1998.

Laverdure, Bertrand. L'Oraison cassée, 1994.

Saint-Martin, Lori
Lettre imaginaire à la femme de mon amant : nouvelles, 1991.
Contre voix : essais de critique au féminin, 1997.
etc, etc, etc...




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LES LITANIES DE SATAN DE CHARLES BAUDELAIRE.

Charles Baudelaire -Les litanies de satan-
dimanche, avril 23, 2006
Les litanies de satan
Charles Baudelaire (1821-1867)

O toi, le plus savant et le plus beau des Anges,
Dieu trahi par le sort et privé de louanges,

O Satan, prends pitié de ma longue misère!

O Prince de l'exil, à qui l'on a fait du tort,
Et qui, vaincu, toujours te redresses plus fort,

O Satan, prends pitié de ma longue misère!

Toi qui sais tout, grand roi des choses souterraines,
Guérisseur familier des angoisses humaines,

O Satan, prends pitié de ma longue misère!

Toi qui, même aux lépreux, aux parias maudits,
Enseignes par l'amour le goût du Paradis.

O Satan, prends pitié de ma longue misère!

O toi qui de la mort, ta vieille et forte amante,
Engendras l'Espérance, - une folle charmante!

O Satan, prends pitié de ma longue misère!

Toi qui fais au proscrit ce regard calme et haut
Qui damne tout un peuple autour d'un échafaud,

O Satan, prends pitié de ma longue misère!

Toi qui sais en quels coins des terres envieuses
Le Dieu jaloux cacha les pierres précieuses,

O Satan, prends pitié de ma longue misère!

Toi dont l'œil clair connaît les profonds arsenaux
Où dort enseveli le peuple des métaux,

O Satan, prends pitié de ma longue misère!

Toi dont la large main cache les précipices
Au somnambule errant au bord des édifices,

O Satan, prends pitié de ma longue misère!

Toi qui, magiquement, assouplis les vieux os
De l'ivrogne attardé foulé par les chevaux,

O Satan, prends pitié de ma longue misère!

Toi qui, pour consoler l'homme frêle qui souffre,
Nous appris à mêler le salpêtre et le soufre,

O Satan, prends pitié de ma longue misère!

Toi qui poses ta marque, ô complice subtil,
Sur le front du Crésus impitoyable et vil,

O Satan, prends pitié de ma longue misère!

Toi qui mets dans les yeux et dans le cœur des filles
Le culte de la plaie et l'amour des guenilles,

O Satan, prends pitié de ma longue misère!

Bâton des exilés, lampe des inventeurs,
Confesseur des pendus et des conspirateurs,

O Satan, prends pitié de ma longue misère!

Père adoptif de ceux qu'en sa noire colère
Du paradis terrestre a chassés Dieu le Père,

O Satan, prends pitié de ma longue misère!

Prière
Gloire et louange à toi, Satan, dans les hauteurs
Du Ciel, où tu régnas, et dans les profondeurs
De l'Enfer, où, vaincu, tu rêves en silence!
Fais que mon âme un jour, sous l'Arbre de Science,
Près de toi se repose, à l'heure où sur ton front
Comme un Temple nouveau ses rameaux s'épandront!


Baudelaire las letanías de Satán

Oh tú, el Angel más bello y asimismo el más sabio
Dios privado de suerte y ayuno de alabanzas,

¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!

Príncipe del exilio, a quien perjudicaron,
Y que, vencido, aún te alzas con más fuerza,

¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!

Tú que todo lo sabes, oh gran rey subterráneo,
Familiar curandero de la angustia del hombre,

¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!

Tú, que incluso al leproso y a los parias más bajos
Sólo por amor muestras el gusto del Edén,

¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!

Oh tú, que de la Muerte, tu vieja y firme amante,
Engendras la Esperanza - ¡esa adorable loca!

¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!

Tú que das al proscrito esa altiva mirada
Que en torno del cadalso condena a un pueblo entero

¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!

Tú sabes las guaridas donde en tierras lejanas
El celoso Dios guarda toda su pedrería,

¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!

Tú, cuyos claros ojos, saben en qué arsenales
Amortajado el pueblo duerme de los metales,

¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!

Tú, cuya larga mano disimula el abismo
Al sonámbulo errante sobre los edificios,

¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!

Tú que, mágicamente, ablandas la osamenta
Del borracho caído al pie de los caballos,

¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!

Tú, que por consolar al débil ser que sufre
A mezclar nos enseñas azufre con salitre,

¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!

Tú que imprimes tu marca, ¡oh cómplice sutil!
En la frente del Creso vil e inmisericorde

¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!

Tú, que en el corazón de las putas enciendes
El culto por las llagas y el amor a los trapos

¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!

Báculo de exiliados, lámpara de inventores,
Confidente de ahorcados y de conspiradores,

¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!

Padre adoptivo de aquellos que, en su cólera,
Del paraíso terrestre arrojó Dios un día,

¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!

Oración
Gloria y alabanza a Tí, Satán, en las alturas
del Cielo, donde una vez reinaste y en las profundidades
del Infierno, donde, vencido, sueñas en silencio!
¡Haz que mi alma un día, bajo el Árbol de la Ciencia,
cerca de Tí repose, en la hora en que de tu frente
como un Templo nuevo sus ramajes se extenderán!
Libellés : Charles Baudelaire

POESIA DEL BARROCO ALEMAN.

Poesía del barroco alemán

por Héctor A. Piccoli



En la Sierpe de Don Luis de Góngora, escribe José Lezama Lima: «Quizás ningún pueblo haya tenido el planteamiento de su poesía tan concentrado como en ese momento español en que el rayo metafórico de Góngora necesita y clama,…» En un sentido general, empero, no sería tal vez excesivo asignar aquel predicado de «momento etrusco», si no de «nuestra» poesía, de nuestra cultura, a la totalidad de la producción poética del barroco: entiéndase, del barroco histórico. Con harta frecuencia —y, las más de las veces, con excesiva ligereza— se habla hoy de «barroco», del barroco de tal o cual autor contemporáneo, de neo-barroco(s). Estos juicios se basan por lo general en ciertos rasgos de semejanza externa, sea el procedimiento de la acumulación, sea un determinado tratamiento lexical (uso de arcaísmos o de términos más o menos alejados del habla coloquial), sea la mera aparición de ciertos tropos, para atribuir a un texto la calidad de barroco. Contentándose casi siempre con la simple proliferación, olvidan el segundo momento, el momento determinante en la arquitectura poética del barroco: el de la sujeción, la constricción estricta de la variedad desplegada a una unidad, a un orden en el que ningún elemento puede quedar desasido o en constelación, a una economía sistemática, en fin, que, signada por la sobredeterminación y la oblicuidad, funda precisamente gracias a esa antítesis entre lo plural y lo singular, entre el despliegue de lo múltiple y la remisión a lo único, su gesto de infinito y representa del modo más acabado la idea de texto. A pesar de la torsión extrema, de la superestructuración aun de la sintaxis (latín / español, en el caso de Góngora), jamás supera el barroco histórico los límites de la gramaticalidad. Pluralidad de lecturas, sí: pero en la linde hiperbatónica, siempre una articulación posible. Una semántica de superficies fulgurantes, un deslizamiento de capas tectónicas, en que la figura imagina su apropiación radical: la metáfora corporiza el objeto, pero la incandescencia metafórica no despoja al sentido de su vocación de orden, es simultáneamente subsunción jerárquica, cosmonomía, sistemática. Una lectura prolija, atenta a los mecanismos estructurantes del poema puede demostrar, por ejemplo, qué profundas diferencias separan los textos «barrocos» de un Lezama de los de Góngora, o, fuera del ámbito de nuestra lengua, en qué estrecha medida se puede en verdad hablar de barroco respecto a un Hugo von Hofmannsthal.

Durante este reinado de la «poesía in extremis»: ¿fue realmente la nuestra la faceta más bruñida de la piedra? Si de todas las lenguas románicas culminó en español el «vencimiento de la prueba heliotrópica»: ¿pierde ya en ellas y más allá de ellas la perla oriente, palidece? Lo cierto es que, leyendo la lírica del barroco alemán, es difícil substraerse a la impresión de una cierta sobriedad. Pero tal vez se trate tan sólo de una cuestión de grado: hay en la base del barroco una imanación de la palabra, algo que tiene que ver esencialmente con la sensualidad: ¿cómo no habría resultado Góngora intolerable a Borges? ¿nos puede sorprender en verdad su juicio sobre la «obscenidad de Góngora»? La asunción barroca del sentido lleva consigo una suerte de insolencia esencial, que, aunque no percibida conscientemente, determina el rechazo, la reacción adversa del lector no predispuesto, que la vive como agresión.

Con una cimbria de distinto élan, tiende, no más instable puente, el barroco alemán, su arco de pleamar sobre el agua en fuga, fluencia única y prolija. En la serie de textos que publicados en estas páginas, reconocemos de inmediato esa tensión entre Weltflucht y Weltsucht, entre la huida del mundo y la pasión por el mundo, esa voluntad tan abandonada como extasiada y apartada de lo terrenal, que es la oposición constitutiva de la cosmovisión barroca. Los nombres, algunos de los más significativos de este período, que la historia del arte alemana ubica tradicionalmente entre 1600 y 1730/50: de Paul Fleming, cultor de la poesía de Opitz, a la que conoció en Leipzig a través de un círculo de jóvenes silesianos, uno de los poetas más «personales» de esta época que desconoce aún la idea de creación en tanto que producción libre de un Yo aislado, aparecieron los poemas completos, los «Teutsche Poemata», sólo en forma póstuma: 1641/42. Él nos sorprende aquí con un soneto que difícilmente encontraría parangón en una historia universal del epitafio autógrafo. Nótese con qué perfecta, serena armonía, cierra la inscripción tumular su propia forma, soneto, y con qué gesto profundamente humano sella a la vez el hombre barroco, entre el más acá y el más allá, la plenitud del reencuentro consigo: «An mir ist minder nichts, das lebet, als mein Leben.» Andreas Gryphius, dramaturgo y lírico mayor del período, tomó contacto en Leyden con la tradición y el singular barroco del teatro popular neerlandés. En su obra está, como en ninguna otra, la impronta de esa experiencia determinante para la Weltanschauung de la época, que fue la guerra de los 30 años. De los sonetos, empero, con los que está aquí representado, nos ofrece el primero, y más precisamente sus cuartetos, la vitalidad de un paisaje que pareciera hablarnos al par desde un momento posterior de la literatura alemana: con la doble oposición luz / sombra y luz / fulgor del día, vienen los tercetos a restituirnos la «profundidad» del «mundus symbolicus». Y es justamente la articulación de ese «mundus significativus», como solía decirse entonces, la que nos muestra como ninguno, el segundo soneto, A las estrellas: ellas se reconocen en su carácter alegórico, aluden, señalan tan sólo el orden de la Salud; en este orden, se inserta el Yo. Devota contemplación de las estrellas sobre la tierra; serie de invocaciones e imágenes, referidas exclusivamente al objeto. En el primer cuarteto son imágenes que alaban la belleza: allí se inscribe el orden de la naturaleza. En el segundo cuarteto y primer terceto, en cambio, se trata del orden divino (imágenes que revelan la esencia: custodias, garantes, heraldos). Al final se ubica la esperanza de salvación personal. Así lo observa acertadamente E. Trunz en su artículo «Barocke Lyrik — Drei Sonette des Andreas Gryphius» y agrega: «las tres virtudes cristianas, fe, amor y esperanza participan en el poema». La disensión entre vanitas y carpe diem se dintorna con claridad en un Christian Hofmann von Hofmannswaldau, prominente en la segunda escuela de Silesia. En su Descripción de la belleza perfecta construyen las sinécdoques, con el típico movimiento de descenso y ascenso, la topología de un cuerpo. En estos poemas se ve excepcionalmente qué hace Eros en el barroco con, desde y por los lugares comunes (en el sentido retórico) de la poesía. Polifonía del esplendor y la caducidad: leamos estos sonetos junto al 228 de Góngora («Mientras por competir con tu cabello,…») y al 145 de Sor Juana («Este que ves, engaño colorido,…»). El mayor poeta religioso del barroco es Angelus Silesius, quien fuera llamado «el último de los místicos alemanes». Durante sus estudios de derecho y medicina en Straßburg, Leyden y Padua, toma el primer contacto con el antiguo pensamiento místico, que se consolidará luego en el entorno de Abraham von Frankenberg. Convertido en 1653 al catolicismo, recibe en 1661 las órdenes sacerdotales. En esta figura clave de la contrarreforma silesiana, alcanza su apogeo el género del epigrama, de vasta tradición en la época, cuyo antecedente más importante e inmediato se encuentra en las Sexcenta Monodisticha de Daniel Czepko von Reigersfeld, perteneciente, como el mismo Silesius, al círculo de Frankenberg. En el camino hacia la unio mystica realiza el serafín el amor perfecto (Heilige Seelen-Lust / Oder Geistliche Hirten-Lieder), el querubín el sumo conocimiento (Cherubinischer Wandersmann oder Geist- reiche Sinn- und Schluß-Reime zur Göttlichen beschauligkeit anleitende). La segunda de las obras mencionadas, con mucho la más importante de Silesius, abre un espacio privilegiado a la incrustación emblemática —esa otra operación tan propia del barroco— y lleva a la perfección formal un género literario, hablándonos de Dios por la antítesis y la paradoja precisamente allí donde fracasa el pensamiento.

La traducción de poesía es una artesanía ígnea. Todos los artesanos tienen una patria: Heliópolis, allí donde Fénix ha de renacer (y no necesariamente la de su lengua materna).

Cuando traduzco un poema, me pregunto en primer lugar: ¿qué debo hacer?, en segundo lugar: ¿qué puedo hacer? En el momento en que no puedo, esta última pregunta —sobre todo en poemas sujetos a un patrón métrico y rímico— se transforma de inmediato en la siguiente disyunción: ¿no puedo, o es que realmente no se puede? La institución, la devoción, la calculada desesperación de erigir una morada en la inclemencia y para quien no ha de ser jamás más que un huésped en su casa, ese ejercicio de ardimiento, en fin, del que resulta en definitiva la incidencia del texto en la otra lengua, me recuerda en algo las tácticas de los jugadores de ajedrez.

La forma soneto, ya por la misma tensión en que se funda, la oposición entre lo par y lo impar, entre la simetría y la falsa simetría, complace al espíritu del barroco: cuatro estrofas (dos cuartetos y dos tercetos), un centro sólo virtual entre el séptimo y el octavo verso y el «centro» articulatorio entre cuartetos y tercetos, cinco pares rímicos (en la modalidad canónica, con disposición especular en los cuartetos y relativa variabilidad combinatoria en los tercetos). Esta forma, rigurosa, nítida, concisa, es especialmente apta para el tratamiento dinámico de ciertos «contenidos». Lo apasionante del barroco, empero, no es el simple hecho de que se apropie de esta forma y la cultive con asiduidad, sino el modo en que la sobreescribe, la medida en que la hiperelabora. El comentario más breve que pretendiera seguir los movimientos, el trabajo de la escritura barroca en acción, excedería ampliamente los límites de estas notas; sin embargo, no puedo dejar de señalar al menos el papel del factor constitutivo de toda poesía —de todo poema escrito como texto— en el tratamiento barroco de los modelos heredados: me refiero a la inscripción de la aliteración, y pienso en el Stabreim (no menos, en la manera curiosa en que lo considera la preceptiva a lo largo de la literatura alemana).

Los versos de los sonetos reproducidos —con excepción de los de Mittag, que tienen una menos— son versos de seis cláusulas (Sechstakter): ellas son las que en realidad definen su calidad de «alejandrinos», y no el número total de sílabas, que puede ser variable. El alejandrino marca las más de las veces una pausa o cesura después del tercer acento rítmico (6ta. sílaba).

Fácil es ver qué se juega aquí en el desafío de la traducción: mantener metro y rima es mantener el momento, los medios de cohesión fundamentales del poema. Pero «metro» no implica por supuesto tan sólo una medida, sino antes bien una estructura rítmica, es decir, un determinado esquema de apoyos acentuales: por esta simple razón no todo verso, digamos, de 14 sílabas es un alejandrino, del mismo modo que no todo sintagma de 11 sílabas es un «endecasílabo» (por paradójico que suene en la nomenclatura española).

De acuerdo naturalmente a las exigencias planteadas por cada tipo de composición poética, aun por cada poema, diría que esos medios cohesivos deberían tratar de mantenerse en la traducción, aunque más no fuera en forma parcial, ya que, si parciales son siempre los logros, parcial es también la medida de la pérdida: aun sin rima, una correcta composición rítmica aporta ya cierta arquitectura. Pero allí donde resultan imposibles rimas perfectas, consonantes: ¿por qué antes de renunciar definitivamente a la rima no probar primero con la asonancia, que multiplica las posibilidades de elección y contribuye, en escala nada desdeñable, a la unidad del poema? En este sentido representa un límite casi imposible de franquear —al menos, así lo ha sido para estas versiones— la repetición de la rima en los cuartetos, que corresponde a la forma canónica del soneto barroco mencionada más arriba. En los epigramas, el problema de traducción es mucho más grave, precisamente por el modo peculiar en que se articula el concepto poetizado, y por tratarse de pareados. El epigrama compuesto por dos alejandrinos rimados, con una estructura fuertemente realzada por las cesuras, materializa, dice E. Brock «la dialéctica mística de tesis, antítesis y síntesis (Dios, el hombre y su unidad) con una exactitud con la que pocas formas poéticas corresponden a su objeto. Las diversas posibilidades de situar las cesuras permiten también reflejar en la forma múltiples y adecuadas variaciones de este paso triádico.»

La «dedicatoria» y los epigramas de Silesius reproducidos en último término pertenecen a mi versión «Peregrino querubínico o Rimas espirituales: gnómicas y epigramáticas que conducen a la divina contemplación», hasta donde sé, la primera completa, traducida directamente al español del Cherubinischer Wandersmann, que consta de prólogo y seis libros con un total de 1.675 epigramas, más un apéndice de diez sonetos al libro quinto. Para su realización —el trabajo, aunque todavía inédito, cuenta ya casi diez años— tomé como fuente la edición de Georg Ellinger en los Neudrücke de Braune, N° 136-138, Niemeyer, Halle, 18951, tal como la reprodujo H. Plard en su «Pèlerin Chérubinique», Paris, Aubier, 1940. La única versión del Peregrino que circula en el mundo de habla hispana, publicada por una editorial de Palma de Mallorca en 1985 sin indicación de fuentes, está evidentemente tomada de la versión francesa de este autor. La transcripción del texto alemán de los demás poetas corresponde a la de Edgar Hederer, en Deutsche Dichtung des Barock, Carl Hanser Verlag, München, 1957.

lunes, 13 de septiembre de 2010

DOS CORAZONES...cuando el presente muerde...

DOS CORAZONES
Cuando el presente muerde

lo mejor es refugiarse en el pasado.

Benkos Biojó



¡Oh, Vladimir Ilich!

Mudanzas de piel

en el mundo otra vez

(rediviva la crisis).



Mas persiste Isis

─gemela de Chía

por casta y porfía

(insiste en el Nilo).



Y a la luz de Osiris

reparan los caminos.



El viento estepario

─mañana de Ulianov─

cambió del globo el iris.

Y en la ría lejana

suena el estupor.



Por igual resuena

el vibrar lapidario

del rojo gonfalón.

Y en el aire trema

una canción

por quienes lo portaron.



Tu pregunta

por los gonfaloneros,

ardorosa,

se escucha.

.



¡Oh, artífice!

¡Oh, héroe!

¡Oh, egregio

y cimero!



¡Truena tu voz agradecida…!

Con el pueblo tu voz es un presente.

Firmemente atendida,

voz de siempre.

Inquiere por los que al frente

del cambio se pusieron.

¡Ah de la pregunta el contenido entero!

Son tus soldados.

Sus corazones obreros

son fieles hasta el fin.

Por vida consagrados

a guardar tu memoria

y tu gloria

de soberbio paladín:

Su pasión es la historia

y su honra un fusil.



Tómame también como tu abanderado.

El gran tañido alimenta mi canción.

Deja que me complazca en el pasado.

Deja que el soberbio grito yo recuerde.

No hay por lo demás asomo de temor

en nuestras mientes

y las gotas de sudor

abandonaron del proletariado

la ancha frente.



Nada está consumado.

El optimismo de un nuevo mañana

ha vuelto a lucir sus blancos dientes.

Su sonrisa brinda al mundo una ventana.



¡Padre de todos los soviets

del mundo!

¡Furioso destructor

del trasto viejo!

¡Hacedor obsesivo

del orbe nuevo!

¡Oh jefe irreductible

del gran estado obrero!

¡Pável Vlasov

y Pável Korchagüin

están aquí conmigo!



Después de tu muerte aciaga,

tu entierro fastuoso

y el largo encierro

en el sepulcro enorme

─que guardaba la memoria

y perpetuaba el nombre─,

insomnes por años,

allí cerca ─en tu costado─

vigilaron tu cuerpo

de rey embalsamado.



Está viva la escritura.

Resplandece; brilla

en el cuarto

tu retrato.

Y la estatua con el gesto perenne

sigue indemne.

Alta, mayestática, colosal.

¡Oh, Lenin, nos anonada tu gesto sin par!



Y también nos asombra la basa

sin tasa de la ínclita masa.



¡Ah espléndida esperanza

de la masa que jamás descansa!

Provistas de las solas manos

y armadas de aguileñas alas

en tu patria chica alzaron

las heroicas masas la estatua;

con la ayuda de esos dos.

¡Recuerda cómo trabajaron

Korchagüin y Vlasov!



Son tus soldados.

Sus corazones obreros

anidan un solo pensamiento:

Del líder cimero

servir el ideario.

No los arredra nada: ni siquiera el fiasco

del magno segundo ensayo.

En su diario

campean enhiestos

los vocablos más claros.

Por lo revolucionario,

el ánimo contento

y en el lado preclaro.



Han llegado hasta aquí

como las aves migratorias

que hienden las ondas

para poder vivir.

¡Ay, tristes avecillas!

Navegáis exangües

al sostén de las plumas.

En Rusia ya no hay sangre

obrera en la Duma

y envueltos en la bruma

han callado los vates.

Tras la eclosión enorme

arriba con las horas,

a ciegas, sin un norte

ahora voláis solas.

Y soy yo el calor

que en el fragoroso vuelo

buscáis afanosas.

Y soy yo el sustento

que pondrá fin

al fatigoso ardor

de los días largos sin alimento.



Sin patria y sin honor.

Ah, de los días aleves

derrotada Ulianov.

Fueron días de vigilia…

(La fiel patria chica

conservará

por siempre

en la efigie pétrea

el gesto perenne).



Fueron días de vigilia

y mucha andadura.

Contra el deshonor

─días de tristura─,

sembraron rojos

claveles.

Y bermejos,

veraniegos

gladiolos

de suave

textura.

Símbolos silentes,

vegetales cromos

(rojo anti progromo)

recordáis a octubre.

¡El mes de las rosas,

cimbra y reverdece!

Aunque temerosas,

encienden las masas

el fuego de Urala.

Siempre silenciosas

siembran y resiembran.

Y día y noche en las casas,

en la calma clava

los hilos remueven.



Y vosotros, tontos,

de floja mirada.

¡La tierra se mueve!

¡Al sol dáis la espalda!

Miran vuestros ojos,

torcidos, intonsos,

¿acaso de lado?

La ignorancia crasa

a nadie conmueve.

Para el necio,

la quemante brasa.

“El infierno,

el averno…”

Incrédulos, vanos,

recordadlo, profanos.



En tanto, los crótalos

rechinan por otros.

Suenan por vosotros,

pequeños tesoros.

Gladiolos inconsútiles,

claveles pudorosos:

del mundo la ubre

─ubre espiritual,

de anchuroso dial.

Sóis símbolos sublimes

del cambio en la urdimbre

(preparad la mimbre).

Lo digo, lo auguro,

apostad los duros,

nervioso y sensible

anuncia que adviene.



¡Pagano togado,

si se mueve el mundo!

¡A todo lo ancho

y a lo profundo!



Un aire a cachaza

(aires en la toca)

luces, cabezota.

Repleto de lasa

y ayuno de traza,

sosera es tu cumbo.



Sin ton y sin rumbo

no metas la baza.

Calla la bocaza

y deja que grite

toda mi porfía.

¡Malditos, bellacos

los que traicionaron

al proletariado!



Y torne esta noche

libre la alegría.

Al son de la elegía

rómpanse los odres.

¡Escanciemos el vino

con vital ardentía!

Libres ya del podre,

!otra vez

proletarios uníos!

¡Obreros,

de nuevo reuníos!



Juntos recordemos

nuestros viejos trinos.

Unidos cantemos

por los vientos idos.

Tornan ateridos.



Aunque leves,

premonitorios.

Aunque tenues,

promisorios.

¡Abrigad presurosos

el nido!



En sitios y sedios

donde las estatuas

fueron derribadas,

ya no puede,

ya no hiede

el desamor…

Se mece una flor.



¡Ah, las estatuas estrujadas!

¡Ah, las plazas desahuciadas!

¡Ah el gran desconsuelo!

¡Aquel volcánico estruendo

y aquellas temibles ondas

pusieron en huida al viento!



Con vuestra ayuda,

en la fiel patria chica

─Ulianov querida─

el bronce perdura.

Si el árbol resiste

en la senda será guía.

¡Loor a los caídos,

siempre, siempre!



Un rato más quedáos conmigo:

Mientras beso vuestras manos

y las estrecho entre las mías.

Apretad mis manos con cariño.



Las manos unidas

calientan la semilla.



La semilla es cosecha

y la palabra queda.



Días enteros,

noches enteras

y un solo diálogo

revolucionario.



.Cuál más amable:

uno y otro Pável.

¡Como en lanzadera

las ideas

brotaron!



Lenin es el camino

y vosotros sus niños.

Vuestra ínclita enseñanza

─de millones única esperanza─

será sembrada:

Aquí, allá y acullá.

Y seré yo quien lo haga,

hasta que el

músculo aguante.



Miles serán después

los que el poema leerán.



¡Héroes: las voces repetirán!

“No importen

esos años

─no importan cincuenta años o más.

Fue un escaño,

uno solo el desplomado.”



Y frente a la fuerza

del poema:

¡Rezonguen del bajo mundo todos los diablos!

¡Monopolistas, os retamos!

¡Colonialistas tiemblen por la consigna nueva!



Resembrar,

regar

la semilla…



Vive el segundo ensayo:

Despuntó al mundo un día.

Adiós, adiós amigos.

Adiós, adiós amigos.

Ya se marcha el bajel

que inició nuestro amaño.

Uno, dos, tras apaños

y al final un laurel.



Adiós, adiós amigos.

Adiós, camaradas, compañeros.

Es la hora de alzar de nuevo el vuelo.

¡Rusia otra vez! Grande el destino

con María Yakolevna

y la heroica, la sin igual Pelageia.

Dos corazones, como los vuestros

maravillados y estupendos.

Dos madres solícitas: a la espera.



Ellas pondrán

bálsamo en las viejas heridas,

ellas recompondrán

los descompuestos sueños,

ellas surcirán

las ropas ya raídas,

ellas repondrán

las fuerzas y el empeño,

ellas juzgarán

plausible lo deseado,

ellas cortejarán

a los deseables aliados,

ellas limpiarán

de rastrojos el camino,

ellas ayudarán

a descubrir traidores,

ellas mostrarán

donde sanar lo fallido,

ellas encontrarán

un rato con lo bello,

ellas sonreirán

al paso de las flores,

ellas guiarán

a los hijos en su ensueño,

ellas satisfarán

el hambre a los amigos,

ellas regarán

los nacientes rosales,

ellas darán

voces de ánimo a los niños,

ellas dispondrán

los aplazados esponsales,

ellas besarán

la frente al neo nacido,

ellas adivinarán

lo que falta en el libro,

ellas aconsejarán

la nueva hora del ataque,

ellas estarán

atentas al rescate.

ellas llevarán

calor a los heridos,

ellas volverán

a morir por la clase,

ellas amarán

por siempre al socialismo.



Adiós, adiós amigos.

A tiro está el despuntar de la mañana.

(¡Y por qué no otra vez decirlo!

El mañana.)

Adiós compañeros, camaradas.



Orlando Cáliz

REVISTA TALLER LUNA Y SOL,NUMERO 32.EROTISMO.

Revista taller Luna y Sol 32, Eros en la Costa, 44 páginas cargadas de erotismo y mucho sabor. Poetas y poetisas invitados: Jorge Marel,, Miguel iriarte , , Guillermo Tedio,César Molina, Carmen Tigra, Raquel Martínez, Elizabeth Quezada, Dennis Talavera Rosario Alonso, Lidia Corcione, Juan Carlos Céspedes, Dina Luz Pardo olaya, Astrid Sofía Pedraza, Ana Julia Cepeda Cepeda, Isidra de la Vega, Patry Pacheco, Ubaldina Diaz, Tito mejía Sarmiento, Mayra Alejandra, Dalit Escorcia, Juan Carlos Steffens, Oscar Barrios, Alexander Mejía, Fulton Púa, Carmen García, Yajaira Pinilla, Rosa Herrera, Celso Montoya y Julieth Lobo Navarro. Lista completa. con 4 invitados internacionales

lunes, 6 de septiembre de 2010

SOBRE LAS 7 DE LA NOCHE.

Sobre el filo de las 7 de la noche,aparecio esa bola de fuego,con una larga cola,iluminando de repente el cielo estrellado,y la poblacion presa de panico o terror,comenzo a gritar,a llorar,a arrodillarse,y a correr desesperada hacia la playa...la luz,era tan fuerte, que no se reflejaba,ninguna sombra!!al parecer el mundo en esta ocasion iva a acabarse en fisica candela!! entonces una fila interminable de desesperadas victimas entraban al mar...

domingo, 5 de septiembre de 2010

CORRIENDO SOBRE EL MAR..

Alguien llego a la playa, diciendole que su hija menor se ahogaba en el mar,y salto veloz, y comenzo a correr sobre las olas del mar,al fondo los brazos de la nena se agitaban,y escuchaba sus ultimos gritos....llego al punto, y la cargo sobre su espalda,y emprendio el retorno hacia la playa de nuevo corriendo.... a 10 metros de la playa, su mujer le dice..y como lo consegiste? y el responde..querer es poder!! no lo habia pensado,en que no se puede correr sobre el mar!! y depronto se hundieron todos para siempre!!